Nalleli Calderón/Mérida
Cada año, el número de menores de 17 años que desempeñan un trabajo aumenta debido a las condiciones y necesidades económicas de las familias, ya sea en jornadas laborales de apoyo a sus padres o en las calles realizando diversas actividades sin goce de sueldo o alguna protección en caso de incidentes.

En Mérida, puede observarse pequeños que recorren las calles con su caja de madera vendiendo dulces, chicles, cigarros y otras mercancías hasta aquellos que bolean zapatos, actúan de payasos o incluso los que únicamente se acercan para pedir una limosna.

Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señalan que, hasta junio de 2018, en Yucatán existían 478 mil 511 menores de cinco a 17 años, de los cuales el 10 por ciento, es decir, casi 50 mil, realizaban una actividad económica.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) detalla que del total de niños y adolescentes que trabajaban, el 72.7 por ciento son mujeres y 28.2 por ciento restante, varones.

La encuesta muestra que hay 38.3 millones de niños y adolescentes de 0 a 17 años. De este total, 11.4 millones tienen menos de seis años; 13.2 millones con edades entre seis y 11, y 13.7 millones tienen entre 12 y 17 años.

La mayoría de los niños y jóvenes que trabajan que son más de 38 mil tienen entre 14 y 17 años, en tanto que el registro de los que tienen entre cinco a 13 años, asciende a 11 mil 212. Este último grupo está fuera de la edad estipulada en la ley para trabajar y representa uno de los principales retos para los gobiernos debido a que solo se permite laboral a los mayores de 14 años y bajo ciertas condiciones.

En el país, 3.2 millones de menores laboran, 2.1 millones lo hace en actividades no permitidas y el restante 1.4 millones se dedican a labores domésticas no adecuadas.