Para ser y mantener un buen gobierno, una gobernanza eficiente se necesita ser pragmáticos y al mismo tiempo, sensibles a aquellos elementos sociales, útiles para la elaboración de políticas públicas desarrolladas hacia el crecimiento individual de los habitantes de un espacio geográfico determinado.

La teoría estatista, sus acepciones y características integradoras dependerán mucho del contexto histórico-social donde se encuentre ubicado. Dentro del análisis para la aplicación de programas orientados a redistribuir las condiciones justas de vida, tenemos que estudiar varios factores.

El gobierno del titular del Ejecutivo Estatal, Mauricio Vila Dosal, anunció que ante la inminente entrada de la veda del mero se realizará un encuentro para impulsar la economía de la zona costera y sus habitantes.

Se aumentará en un 10% el apoyo entregado a las familias de pescadores, aumentando el padrón de beneficiados en especie y de manera líquida; se repartirán motores, equipos de comunicación satelital y embarcaciones. Asimismo, algunos de los restaurantes ofrecerán descuentos, se organizarán actividades deportivas, culturales, recorridos eco-turísticos y eventos masivos.

Uno de los temas más sensibles y significativos para Yucatán es la zona costera y quienes dependen de ella económicamente. La franja litoral, tiene una dinámica per se única, diferente de las interacciones con el resto de los municipios del estado.

En sus inicios y bajo la orientación de un modelo de ciudad orgánico, esta franja se adaptó evolutivamente con los recursos con los que contaban, es decir la pesca, primero para satisfacer sus necesidades alimentarias y posteriormente, como una oportunidad de generar un ingreso económico habitual.

Sin embargo, el incremento de la población con otras situaciones ambientales, aunado a la sobreexplotación pesquera, redujo significativamente, la disponibilidad de las especies para el consumo, poniendo en peligro no solo el hábitat de aquellas, sino también el modus vivendi de miles de familias de la zona costera.

Es menester mencionar que durante décadas, las administraciones a todos los niveles burocráticos no comprendieron ni mucho menos resolvieron la problemática, quizá por desinterés, quizá por falta de conocimientos o quizá porque no fueron sensibles a la situación.

Debieron – entre otras cosas – de preparar y capacitar a las familias que se dedicaban a la pesca hacia otras ramas de la producción, en la educación, en el emprendimiento. Ahora nos encontramos en una encrucijada, donde la protección de las especies marinas es una prioridad, evitando su extinción.

Ser Ejecutivo también es una característica de los buenos gobiernos. De nada servirán las buenas intenciones si no hay existe una aplicación inmediata de acciones ejecutivas, de por sí, los procesos burocráticos son aletargados y poco funcionales.

El Festival de la Veda del Mero es parte de una estrategia bien planeada, porque se encuentran transversalmente, varias acciones útiles para impulsar a la zona costera. La historia y la riqueza productiva convergerán durante sesenta días como un espacio para crecer en conocimiento y en calidad de vida.

Tenemos la ventaja de ser una región privilegiada, donde el turista disfruta de las bellezas naturales en un marco de seguridad y paz comunitaria; no hay que permitir que la potencial derrama económica se dirija a otras latitudes, aquí en Yucatán tenemos lo que se necesita.

Este es el primer paso, pero lo más importante es que el Gobierno debe ser Honesto. La entrega de recursos será realizada de buena fé, por servidores públicos estatales a quienes se les confiará cumplan con su deber.

La medición cuantitativa y cualitiva será importante para objetivar los alcances de este esfuerzo, pero tengo la certeza de que esta iniciativa será exitosa para las familias de la zona costera de Yucatán.