Trasplante para Dany
La magia de la vida, columna de David Ojeda Correa
Cuida de otros y cuida de ti, luchemos con Dani contra el cáncer. Hay enfermedades que nos hacen sentir pequeños en la inmensidad del mundo y nos llevan a pensar que estamos solos.
No es así, mucho menos cuando tienes 21 años, como mi prima adoptiva Daniela. Digo adoptiva, pues era prima de mi esposa y ahora al casarnos ya es mi prima y familia también. Dani no está sola, tiene a un enorme mundo que estoy seguro que luchará a su lado para vencer el cáncer que aunque la persigue no la derrota. He invitado a Andrea Abreu Gancedo, hermana de Dani, a redactar unas palabras para hoy, unas para ustedes que comparto a continuación, no sin antes pedirle amigo lector, ayuda a Daniel: “Ya han pasado 10 meses desde que mi hermana Daniela comenzó los tratamientos contra el linfoma de Hodgkin que ataca su sistema linfático.
Los incesantes bip-bip de las diferentes máquinas encargadas de monitorear los signos vitales en el hospital son imposibles de ignorar y particularmente molestos después de cinco minutos, pero resultan ser un excelente metrónomo para hacer un juego del ritmo al leer poesía. John Donne es compañía amena en aquellos momentos: Ningún hombre es una isla, ni se basta a sí mismo;/ todo hombre es una parte del continente, parte del todo. La enfermedad parece propagarse en soledad; la soledad de padecerla sin quien pueda comprender el enredo de emociones y sentires que pasan por la cabeza de la persona enferma, la soledad de acompañar sin gran poder más allá de la resignada labor de alivianar, la soledad de la distancia y el aislamiento, la soledad del tiempo que no se detiene por nada ni nadie.
En esta suma de soledades es difícil reconocer que no somos islas rodeadas de aguas impenetrables, sino parte de un continente de tierra firme y confiable. Nuestras condiciones de vida actuales con frecuencia nos obligan a enfocarnos en lo individual, lo comunitario pasa a segundo plano en el frenesí de una sociedad que parece poner la competencia por encima del bien común. Dentro de la tormenta emocional de vivir la enfermedad de un ser querido, es fácil ahogarse en las aguas de creer que nos encontramos solos en este camino.
Pedir ayuda es difícil, aceptar que la necesitamos puede serlo aún más y en un contexto social que se ha encargado de hacernos conscientes de nuestra existencia como individuos aislados por encima de nuestra condición compartida en comunidad, puede resultar aterrador aceptar que no podemos solos con el peso del ir y venir impredecible de la vida. Los siguientes pasos para que Daniela pueda recuperar su salud conllevan un trasplante de médula ósea, procedimiento costoso y con un período de recuperación extenso.
Los 10 meses de tratamiento previo han significado gastos significativos debido al desabasto de medicamentos, los constantes estudios y consultas, además de un viaje a la capital del país para realizar un estudio que no está disponible en nuestra ciudad. Un golpe fuerte para nuestra economía, lo cual ha complicado la posibilidad de acceso al trasplante. Reconocernos como una parte del continente, parte del todo, nos ha llevado a recurrir a nuestra comunidad para lograr costear este procedimiento a través de una campaña de Gofundme.
Aprovecho este espacio para extender la petición a quienes lleguen a leer este breve debraye de mi sentir. Todas las aportaciones son bienvenidas y agradecidas con calidez. Creo firmemente en el poder transformador de la ayuda mutua, prosperamos cuando hacemos comunidad y superamos las adversidades en conjunto. Somos parte de un todo, ninguna persona es una isla. Cuidar a otros es cuidarnos a nosotros mismos”. Por favor, apóyanos cuidando de Daniela en la siguiente liga https://gofund. me/8350ec9b o contactando a Andrea al correo andy. ag2000@gmail.com.