MÉRIDA, Yuc.- Problemas en el desarrollo de niños y adolescentes son algunos de los trastornos por el uso excesivo del celular entre menores de edad, lo cual se agravó durante la pandemia, al generar una dependencia por el tema de la comunicación y la educación en casa. 

El psicólogo Óscar Falcón Solís, especialista en psicoterapia de juego, informó que los problemas que más se reflejan por el uso de estos aparatos son de lenguaje, principalmente en aquellos que no interactúan con otros menores y están en esa etapa, como son los niños de entre uno y dos años, en quienes se da un retroceso, pues “solo conviven con la tableta”. 

Trastornos del sueño

De igual manera se ha visto un aumento de trastornos del sueño, esto se debe a que los niños y adolescentes están en constante exposición a la luz de las pantallas, por lo que la glándula pineal se ve afectada, lo que provoca que no se duerman o lo hacen más tarde de lo normal, incluso piden que se tenga a un lado los aparatos para que puedan descansar. 

Otra de las consecuencias que se ve por el uso excesivo de estos dispositivos es el sedentarismo; debido a la poca actividad que implica ver estos aparatos, puede desencadenar otro tipo de enfermedades, como es la obesidad infantil. “Los padres deben aceptar que el menor presenta algún tipo de problema cuando se genera alguna adicción. Hay menores que empiezan a presentar el síndrome de abstinencia, que se da cuando se consumen sustancias ilegales, en ellos se presenta como berrinches, agresividad, irritabilidad, situaciones en las que se puede decir que ya no es sana la relación con estos aparatos. 

El especialista indicó que estos problemas se empezaron a presentar cuando estos dispositivos se volvieron más de “bolsillo”, pues su traslado de un lugar a otro fue más fácil. 

Pero a partir de la pandemia estos se incrementaron de manera importante, porque los niños y adolescentes los utilizaron como una herramienta para realizar sus actividades escolares y de comunicación. 

Prevención

Es recomendable que los padres prevengan antes de entregar un celular: emplear procesos que conllevan límites de tiempo y control de lo que los menores ven en los aparatos tecnológicos para que no se les cree un “tipo de adicción”. 

“Lo que recomiendo es que si los padres quieren regalarle a sus hijos un celular o una tableta, ya sea para comunicarse o para realizar sus actividades escolares, sea a partir de los seis años. Pero además se debe seguir la recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría (AAP), que sugiere permitir su uso entre media a una hora al día. A partir de los 8 y hasta los 12 años ya se podría incrementar hasta dos horas”, expresó. 

El psicólogo precisó que el buen uso de estos aparatos también se logrará con una buena comunicación entre los padres y considera un error “satanizar” este tipo de artículos, porque son herramientas que la sociedad debe de aprender a manejar. 

“Es importante que se le haga partícipe al menor en la elaboración de los horarios, no imponer las medidas”, concluyó.

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