Tú y yo en mis recuerdos
Estoy invadida por los recuerdos, por una sucesión de hechos que a ratos se manifiestan nítidos para evaporarse frente a mí, llevándome al pasado en un segundo y haciéndome perder la razón que ya había logrado recuperar. Y es que en mi mente siempre estarás ahí, escondido, invadiéndome a ratos, enamorándome a ratos, asesinándome a ratos. Y todo con tu recuerdo. Y es que en mis recuerdos el tiempo no ha logrado transcurrir y yo me encuentro perdida contigo en la mente, siempre a punto de aparecer del otro lado de la puerta, despeinado e imposible. Sonriendo, atento y distraído como sólo en mi imaginación.
La verdad es que ya no se distinguir la realidad de los sueños, ya no sé si estoy enamorada de una fantasía o no. Sólo estoy segura de esa mirada color miel repasando las ideas sobre La Petite Conversation. Sólo estoy segura de mis sueños disvariando y de ti, un completo extraño dejando un café pendiente para dos. Sólo estoy segura de ti y ahora estoy segura del amor. Y de la locura por amor, y de la muerte por amor.
Entonces ahí sigues, repasando mis pensamientos, poniéndote cómodo en una pila de sueños, cuestionándome la cordura y haciéndome perder el tiempo. Pero entonces en mi mente siempre quedaremos lo dos. Sentados, coincidiendo un momento, escuchando tu voz, escuchando mi voz, como si de eso se tratara la vida. Siempre estarás tú al final de mis recuerdos y al principio de donde sea que empecemos los dos.
Siempre serás tú de quien me enamore con los ojos cerrados. Siempre estaremos los dos: fallando por completo y traicionando al amor. Porque siempre estarás ahí, llamándome desesperado a horas no adecuadas preguntándome por la hora de la puesta de sol. Y siempre estaré yo, esperando poder escuchar tu voz. Siempre seremos los dos. Siempre serás tú. Siempre seré yo. En mis recuerdos siempre estaremos los dos.