A lo largo de los años, he visto pasar nombramientos, desempeños y campañas, pero nunca, nunca, había presenciado algo tan justo como el nombramiento de Patricia Martín Briceño como nueva secretaria de la Cultura y la Artes de Yucatán.

Patricia es, a mi juicio, una artista completa en el sentido más pleno. Para ella, apoyar a la comunidad es tan claro e importante como su propia práctica artística. Esto proviene de un espíritu de generosidad y sensibilidad sin parangón.

He sido testigo de cómo Patricia ha llevado en su propio automóvil a agentes culturales para que puedan asistir a eventos en favor de la comunidad. He visto cómo, con su propio impulso, ha promovido exposiciones, conciertos y obras de teatro.

Ella ha sido una plataforma internacional para exponentes destacados de literalmente todas partes del mundo, así como un medio para articular relaciones entre académicos, coleccionistas e instituciones en favor de los artistas y representantes culturales.

Ha luchado por la descentralización del arte y la cultura, promoviendo que las exposiciones se realicen tanto en Mérida como en varios municipios de Yucatán, en un esfuerzo por llevar educación, cultura y apertura de mentes, en un impulso equitativo para todas, todes y todos.

Esto es sólo un ejemplo de una lista interminable de acciones que podrían comenzar con la calidad de su obra como artista, en la disciplina de la fotografía.

Por todo esto, puedo afirmar que este nombramiento es, sin duda, el más acertado que he visto en un gobierno.

Patricia no sólo tiene una trayectoria impresionante en gestión cultural, sino que también posee una profunda sensibilidad y amor por el arte, cualidades que la convierten en la persona ideal para ser Secretaria de Cultura. Estoy convencido de que, bajo su liderazgo, el arte y la cultura en Yucatán vivirán un nuevo y prometedor capítulo.