Una palabra impropia
El Poder de la Pluma.
Buenos días, apreciados lectores. Hoy la columna se inicia con una palabra impropia. Entremos en materia.
ANEXO. En días pasados vimos horrorizados por la televisión nacional que en un anexo para alcohólicos y drogadictos varios elementos de una de las numerosas bandas delictivas que asuelan el país, empleando armas largas de última tecnología, dieron muerte a 26 internos.
Todavía bajo esa fuerte impresión acudimos al Diccionario de la Lengua Española, que nos dice: “anexo. adj. unido o agregado a otra persona o cosa”. ¿A qué estaría unido ese anexo de drogadictos? El noticiario televisivo no dio mayor información.
Recurrimos al Diccionario Español de Sinónimos y Antónimos, de Federico Carlos Sáinz de Robles. Anexo: anejo, agregado, adjunto, afecto, adscrito, accesorio, adyacente, aledaño, apéndice, unido, inherente, inseparable, vinculado, dependiente y otras semejantes.
Vayamos a la modernidad. En internet vemos la información tomada de una revista política de amplia circulación nacional, que nos dice: “Los llamados anexos o granjas para alcohólicos y drogadictos se han caracterizado por ser verdaderas cárceles, pues en ellos se recluye contra su voluntad a los adictos. Una expresión popular es que se va a anexar a una persona”. La publicación aclara que no es lo mismo un “anexo” que una clínica de rehabilitación.
¿Cuánto tardará el Diccionario de la Lengua Española en reconocer ese nuevo significado de “anexo”? Chi lo sa, como dicen los que presumen de cultos. La honda entra en acción y tras certera pedrada depositamos el “anexo” en la buchaca.
TÚNEL SUBTERRÁNEO. ¡Ay, la televisión nacional! Un noticiario televisivo informa del hallazgo de un túnel subterráneo que va de las goteras de Ciudad Juárez hasta el territorio donde truenan los chicharrones del chel Trump.
La consulta al amansaburros no se hace esperar. “túnel. Paso subterráneo abierto artificialmente para establecer una comunicación a través de un monte, por debajo de un río u otro obstáculo”. Por lo visto, el túnel siempre es subterráneo y el redactor de la noticia utilizó más palabras de las necesarias.
Otro disparo de la resortera y el túnel subterráneo descansa en el fondo de la talega.
EL COVID Y LA COVID. Distinguidas seguidoras de esta columna nos han comunicado, cada una por su lado, una inquietud que también he escuchado en otros medios: ¿Cuál es el género del artículo para referirnos a Covid-19? Como señala una de esas amables lectoras, algunas personas dicen “la Covid”, tratándole con el mismo género de enfermedad. Otras dicen “el Covid”, por la referencia al virus que causa el padecimiento.
Desde luego, el término Covid-19 no se halla en el Diccionario. Impaciente, el tirahule acude al internet en busca de respuestas y encuentra la publicación de 20 de mayo ppdo., donde la Real Academia Española aclara el dilema. “Es correcto usar los géneros masculino y femenino cuando nos referimos al término Covid-19”.
Continúa la RAE: “El acrónimo Covid-19 (enfermedad provocada por el coronavirus) fue asociado al género masculino. Sin embargo, este consenso fue cambiado por tratarse de una enfermedad. Lo preferible es emplear el femenino (la Covid-19), puesto que el referente principal del acrónimo es el sustantivo enfermedad. No obstante, no se considera censurable el uso del masculino”.
Una vez más, la Real Academia Española se lava las manos, se olvida de limpiar, fijar y dar esplendor a nuestro idioma y dictamina: El uso de ambos géneros para Covid-19 es correcto.
Entonces, podemos decir el Covid-19 o la Covid-19, sin tener cargos de conciencia por atropellar el idioma. Ganas dan de enviarle una pedrada a la pomposa Academia.
Hasta el próximo tirahulazo.