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Frente a las múltiples tareas asignadas a las fuerzas armadas por el gobierno federal, debemos reconocer que la más reciente (que no será la última), su participación en la aplicación de la vacuna contra el coronavirus, es un acierto del presidente López Obrador, que ya lo había adelantado a principios de este año. Además, le urge a su administración acelerar la inmunización de la población ante la inminente tercera ola de contagios que ya afecta seriamente a países de Europa. AMLO dice que el país necesita estar preparado por si llega para que “ya nos agarre vacunados”.

Decimos que es una medida acertada involucrar a los militares por varias razones. Primero porque el Ejército y la Marina son instituciones cuyo modelo de organización lineal asegura que se cumplan las órdenes, y segundo, porque tienen suficiente personal de sanidad (médico y de enfermería) diseminado en todo el territorio nacional, y cuentan con la infraestructura y los medios para llegar hasta los lugares más apartados, como se ha demostrado cuando aplican sus planes DN-III-E y Marina de apoyo a la población en casos y zonas de desastre; y no menos importante es el respeto que les tiene la ciudadanía. 

De hecho, la Sedena y la Semar, junto con su apéndice la Guardia Nacional, ya participan en la estrategia nacional de vacunación, en la que se ha cuestionado el uso electorero de los mal llamados servidores de la nación, que no han respondido a su encomienda como se esperaba; primero porque atienden a varios “mandos”, hasta los delegados de Bienestar han metido su cuchara para hacerse notar, porque en realidad no cumplen ninguna función salvo hacer “grilla”.

Esa curva de aprendizaje, aunada a la planeación hecha al vapor derivóen el fracaso, de ahí que finalmente, ayer en Campeche, López Obrador corrigió el rumbo y aceptó que también se involucren las entidades federativas. Los gobernadores ya le habían ofrecido a la federación su ayuda con toda la infraestructura hospitalaria, personal y los medios que integran sus consejos estatales de salud, con los que echaban a andar las semanas nacionales de vacunación y en las que soldados y marinos también participaban. Por cierto, Campeche es el estado de la Península que lidera en la inmunización, aunque Quintana Roo y Yucatán van al paso de la llegada del antídoto, que hasta ahora es para adultos de 60 años o más.

Bien, ya se mejoró el plan y se cuenta con más personal idóneo, ahora resta esperar que lleguen las vacunas en tiempo y forma-ya sea de una o dos dosis, europea, estadounidense, rusa o china- mientras se logra la mexicana que ha comenzado a desarrollarse en la Universidad Autónoma de Querétaro. Otra buena noticia es que ya se confirmó que el domingo llegan 1.5 millones de dosis que prestará Estados Unidos a México. Seguramente con los militares habrá mayor orden y se mejorará la distribución y aplicación de la inyección en la que el mundo cifra sus esperanzas de contener el letal coronavirus.

 La mexicana que desarrolla la UAQ

La Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) avanza en la investigación para generar una vacuna contra Covid-19. Se trata de uno de los cinco proyectos que se gestan en el país y que ha comenzado a presentar avances, aun con la falta de recursos públicos. El nombre del biológico es QUIVAX 17.4 y tiene sustento en la investigación denominada “Evaluación de una quimera recombinante multi-epitópica como vacuna contra Covid-19”. “Tras realizar pruebas de la vacuna en animales de experimentación como cabras, ovejas y cerdos, se han reportado altos títulos de anticuerpos", destacó la rectora de la UAQ, Teresa García Gasca. La estimación total del proyecto se cuantificó en 50 millones de dólares. Para ello, el 27 de marzo realizará el “Vacunatón”, un maratón artístico, en modalidad virtual, transmitido por los medios universitarios y las redes sociales, de las 10:00 a las 18:00 horas, con el que buscan aportaciones ciudadanas y de empresas para continuar el desarrollo de la vacuna.

“Estos proyectos, ciertamente, son costosos, pero lo es más no contar con ellos. México era líder mundial en la producción de vacunas hace unos años, tenemos el talento, tenemos la capacidad, lamentablemente se desmanteló toda la infraestructura, pero estamos listas las universidades, los centros de investigación, (…) que México cuente con una vacuna que nos dé suficiencia y seguridad”, dijo la rectora.

Hay que apoyar, si se puede.

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