Van sesenta y nueve
Hoy, con todos sus olores, colores y sabores, la primavera me invita a compartir la hoja robada de un diario personal.
Fue más o menos así. Vino blanco. Noche. Viejas canciones. Y se reía de mí. Dulce embustera: mi bendita primavera… Y aunque no quiera, sin quererlo, pienso en ti.
En su casi un año, este Nido ha coincidido con jueves importantes: un 10 de mayo me impidió escribir del Día de la Madre. El 1 de junio evaporó mi oda al Día de la Marina y su increíble maratón.
El 28 de noviembre rompí un voto de gratitud a Tadeo y un cuento en honor a los Santos Inocentes… Pero me salvó de escribir para la posteridad una cursilería el 14 de febrero y hoy, con todos sus olores, colores y sabores, la primavera me invita a compartir la hoja robada de un diario personal:
“Martes 19, marzo, 2013. Querido Diario, sé que Efrén es muy estricto; pide separar el análisis de la noticia. Sin embargo, respeta la publicación, en “El Poder de la Pluma”, de este espacio que evita hablar de política, de dinero, de enfermedades, de grillos y demás plagios que cualquier niño encuentra en internet.
“El #ElNidodelKau no es una columna. No es un editorial. No es una sesuda invocación a los oráculos. ¡Es un híper tuit de 1,700 golpes! Y mi tuit de hoy está dedicado a esas campanas que desde temprano cantan en honor a San José, de ese padre que protegió a su familia y veló durante los primeros años sobre el Niño Jesús.
“Padre, no sé si estoy vivo porque creías que era obligatorio, que éramos la base del matrimonio o porque tú te equivocaste en la cuenta. Pero estamos vivos y por eso sabemos que Tú no te cansas de perdonar; nosotros nos cansamos de pedirte perdón. Celebro que lleves el honor del número mágico de este Nido: ¡El 69!”.