Desde hace 40 años, José Luis Fernando Sierra Argáez se dedica a la venta de cachitos de lotería; nació en Campeche, pero su vida la ha pasado en Yucatán, por lo que se considera más yucateco que la cochinita pibil; cada dos días vende alrededor de 160 billetes, algunas veces hasta 200.

A sus 66 años es un personaje icónico, que se puede ver en las calles de la ciudad; viste su uniforme de la Lotería Nacional, camina por varios sitios y se distingue porque carga un letrero con una frase y sus billetes.

Antes de dedicarse a este oficio, Sierra Argáez vendía chicles. Una persona que lo vio en esta labor le comentó que le iría mejor si se dedicara a la venta de billetes de lotería.

Ante esta sugerencia, empezó con la venta de los cachitos de lotería, aunque también se ha dedicado a limpiar zapatos.

“En estas cuatro décadas me ha tocado entregar tres premios principales, uno de 80 millones, otro de cinco millones, ambos de primer lugar, y otro de 400 mil pesos, segundo lugar, y muchos más en premios menores. Varias personas me han dado una gratificación por haberles vendido el billete ganador”, comentó.

Explicó que la venta comienza a las 12 del día y la jornada la acaba entre 7 u 8 de la noche, cuando llega a su hogar, ubicado en la calle 52 por 89, por el rumbo de Santa Rosa, donde vive con su hermana, ya que es soltero y sin hijos.

Como anécdota, platicó que en una ocasión, al llegar a su domicilio, se disponía a ingresar cuando paró un señor en un automóvil, lo llamó y le compro 80 cachitos; entonces pensó: “No he acabado con la venta, ésta termina hasta que entre a la casa”.

Sierra Argáez exhortó a la gente a adquirir billetes de lotería; los nuevos sorteos que han surgido han atrapado a las nuevas generaciones, además que se realizan hasta cinco sorteos de este tipo al día, pero las personas adultas continúan con la tradición de los cachitos.

“Compren billetes, no diario se va a ganar, pero quizá algún día y será mucho, porque esto es como el sueldo, trabajamos, no nos pagan diario, pero el día que lo hacen tenemos el dinero para cubrir nuestros gastos”, mencionó.

“Esto es como en una alcancía, se pone el dinero, se ahorra; al comprar billete es lo mismo, cuando ganan es más de lo que se ahorró, pero es una bonita satisfacción tener una fuerte suma de dinero”, señaló.

Agregó que con lo que saca por la venta de los billetes de lotería le alcanza para comprar las cosas que necesito para vivir, “hay que trabajar duro para sacar y cubrir los gastos, pero sí sale para comer”.