Revelan secretos de la Catedral más antigua de América Continental
Unas 600 personas han visitado zonas que antes estaban cerradas al público en general.
Martha Chan/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- La Catedral de Mérida tiene un nuevo atractivo: una visita guiada a sus “entrañas”, en donde se puede admirar sus pasadizos, el majestuoso coro y órgano, la torre norte, los cuartos de los campaneros y sus centenarias campanas, todas con un nombre representativo, la azotea y el reloj de sol.
Este emblemático edificio fue levantado entre 1562 y 1597, por lo que es la catedral más antigua del Continente Americano (sin incluir las islas), y obviamente de México.
El rector de la Catedral, el canónigo Gaspar Arceo Castillo, expresó que ese servicio sólo se ofrece los sábados en dos horarios:
- 10:00 horas, para los turistas extranjeros
- 16:00 horas para los nacionales.
Se pide un donativo de 30 pesos para mexicanos y 50 para los extranjeros.
“La finalidad es acercar a los visitantes para que conozcan la historia de la Catedral de Mérida y la comprendan.
Esos recorridos iniciaron desde hace varios meses y a la fecha poco más de 600 personas han visitado esas áreas reservadas de la Catedral”, expresó, el presbítero.
Ayer, MILENIO NOVEDADES se unió al recorrido con un grupo de historiadores y arquitectos, así como a turistas nacionales guiados por el historiador y colaborador de la Arquidiócesis de Yucatán, Ángel Gutiérrez Romero.
La primera explicación inició con la historia de la fachada, característica de la orden de los Franciscanos, en la que destacan la puerta central o “del perdón”, flanqueada por las esculturas en piedra de San Pedro y San Pablo; el escudo real español de Felipe II, esculpido en piedra, sustituido en 1822 por el escudo nacional postcolonial.
Continúa el recorrido por el coro y el órgano tubular electromecánico, que tiene 75 años de antigüedad, único en el sureste, inaugurado un 30 de abril de 1938.
Luego, las “entrañas” de la Catedral, donde hay que subir por las escaleras tipo caracol hasta los cuartos de los campaneros y se asciende se puede observar la Plaza Grande a través de pequeñas ventanas.Además, se puede apreciar las tres naves y sobre todo el altar mayor con el impresionante Cristo de la Unidad, que mide más de siete metros de alto sobre una Cruz de 12 metros.
En el primer cuarto aún se conserva una hamaca, donde descansa el campanero, así como una serafina; luego, en la segunda habitación llamada “el cuarto de los búhos” hay dos adornos madera de esas aves que servían, según dicen, para “espantar” a las palomas.
Después se visita la azotea donde los asistentes tienen una panorámica del Centro Histórico y se puede observar las torres de las iglesias de alrededor, así como los palacios Municipal y de Gobierno, además del reloj de sol.
Otro punto son las campanas de la torre norte nombradas San Ildefonso (pesa mil 200 kilos), Nuestra Señora del Rosario y San Joseph (se desconocen su peso), Santa María de Guadalupe (mil 800 kilos) y San José (260 kilos).
En total son 10 campanas por ambas torres, que se manejan bajo un sistema eléctrico. El recorrido concluye con la visita a las antiguas campanas que se encuentran a un costado de la capilla penitencial.