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Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie

Theodor Adorno

Rosario Castellanos decía que hay libros y autores a los que se ve uno obligado a regresar por su vigencia, por su lección oportuna, porque su ejemplo no pierde validez, tal es el caso de Nellie Campobello considerada la primera narradora de México del siglo XX. Ayer, 9 de julio, se cumplieron 35 años de su muerte; en 2021 también se cumplen 90 años de su libro de narraciones semiautobiográficas: “Cartucho. Relatos de la lucha en el Norte de México” (1931).

Oriunda de Durango sus letras retrataron la Revolución Mexicana, de ahí el mote de “Centaura del Norte” en alusión al también duranguense Pancho Villa, icono revolucionario. Nellie guardó en su memoria las escenas vividas con su familia en Chihuahua para años más tarde reunirlas a manera de fichas y convertirlas en la primera obra del movimiento villista escrita por una mujer. Hechos y personajes son observados “Desde una ventana” por la niña testigo que fue normalizando el horror de los fusilamientos junto a su casa: “…la tierra se quedó dibujada y sola”, relata cuando levantaban los cadáveres después de varios días.

La música de la escritora se encuentra en la danza y en los cantos de estos hombres que “estaban conformes con su suerte. Su alegría, nadie, ni las balas, lograron desbaratarla. Ni los desengaños de amor, ni la muerte…”. Al respecto Sarita Poot Herrera en su reciente libro “Caracolas Iluminadas” escribe que Nellie Campobello los resucitó con las mismas canciones que cantaban: “…lo fantástico restituye la justicia” (Sarita, dixit).La revolución se cuenta y se canta: “Uy, uy, uy, /qué feria tenemos…”.

De la cuna a la tumba su vida fue un enigma. No se tiene la fecha exacta de su nacimiento, está entre 1909 y 1913. Su mamá se casó con su sobrino -hijo de su hermana-, del matrimonio nacieron Nellie y otros cinco hermanos. Al enviudar la señora se matrimonió nuevamente con un médico bostoniano del cual la escritora retomó el apellido Campbell para transformarlo en Campobello. Artista e intelectual se distinguió en las letras y el baile llegando a dirigir la Escuela Nacional de Danza y crear el Ballet de la Ciudad de México. Dos años antes de su fallecimiento desapareció sin explicación en medio de especulaciones que aún no se esclarecen.

Tradujo al inglés los poemas de su amigo Federico García Lorca, ambos con episodios fatales a las cinco de la tarde: “Los mataron rápido, así como son las cosas desagradables que no deben saberse”, hora en que los hermanos Portillo llegaron al panteón para ser enterrados; en otro tiempo y espacio un toro hirió al matador Ignacio Sánchez Mejías, amigo del poeta español.

Nellie escribió poesía, cuento, novela y ensayo después de la Revolución Mexicana. A la barbarie de los hechos se sumó la “barbarie” de su acto escritural. Revisitar su obra nos devuelve al origen de la sociedad, una mirada que atraviesa los cambios que definen el presente.

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