Ya se nota fuerte el cambio climático en Yucatán

Sequías prolongadas seguidas por fuertes “diluvios”, el efecto.

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(SIPSE.com)
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La problemática invasión del manglar en la zona costera, particularmente en Progreso, debido a asentamientos humanos y obras públicas que no respetan el medio ambiente, así como las perforaciones del subsuelo kárstico, asociadas a la construcción de grandes infraestructuras como fue el tren maya, han alterado los sistemas naturales, provocando fenómenos como borbotones de agua dulce, o conocida como ojos de agua, comentó la investigadora titular 3C del Cinvestav IPN Unidad Mérida, María Dalila Aldana.

En entrevista con Novedades Yucatán, la científica precisó que las consecuencias del cambio climático no son un fenómeno exclusivo del 2024, sino que este año se manifiestan de manera especialmente severa. La Península de Yucatán es altamente vulnerable a los cambios ambientales. Recientemente, se ha experimentado un periodo de lluvias totalmente alterado, precedido por una sequía extremadamente prolongada.

Esta situación ha tenido un impacto significativo en la vida de quienes trabajan la tierra, como agricultores y cultivadores, afectando nuestro paisaje urbano, la selva y toda la flora y fauna del monte. Los productores de miel, hortalizas y árboles frutales también han sufrido las consecuencias de este cambio climático severo.

“Vemos consecuencias muy severas del cambio climático en la península de Yucatán. La ciudadanía expresa frases como ‘nunca nos habíamos inundado’ o ‘nunca había habido una sequía como ahora’”, comentó, es por este tipo de expresiones reflejan una realidad en la que los eventos climáticos extremos se vuelven cada vez más comunes.

Mencionó que el impacto en la región es notable. La sequía prolongada ha afectado a quienes trabajan la tierra, y ha alterado el paisaje urbano y natural, incluyendo la flora y fauna del bosque. Además, Mérida, solía ser una ciudad de 10 kilómetros de diámetro, ahora se extiende a 30 kilómetros, cubiertos en su mayoría por cemento y chapopote, que impiden la absorción del agua. Las infraestructuras de drenaje son insuficientes, lo que agrava las inundaciones.

La investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional(Cinvestav), Dalila Aldana también abordó la situación del manto freático y las costas, señalando que las lluvias intensas y el posible impacto de tormentas tropicales, podrían agravar aún más las condiciones.

La temperatura del agua, que actúa como combustible para los huracanes, ha aumentado debido a las actividades humanas, generando huracanes más frecuentes e intensos.

Enfatizó la necesidad urgente de reconocer y mitigar los impactos de nuestras acciones tanto a nivel individual como gubernamental.

“Todo esto se genera por la actividad a nivel individual y a nivel obviamente gubernamental, tanto el estatal como el federal, de obras que no deben estar donde están”, concluyó.

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