Berlie Belaunzarán celebra 50 años de recibir el llamado de Cristo

Asistieron además, 4 cardenales y 18 obispos para celebrar los 50 años de ordenación sacerdotal del Arzobispo Emérito.

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El festejado presidió la ceremonia eucarística, acompañado de cardenales y obispos. (Jorge Acosta/Milenio Novedades)
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William Sierra/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Más de dos mil personas, cuatro cardenales y 18 obispos se dieron cita ayer en la misa de Jubileo por los 50 años de ordenación sacerdotal del Arzobispo Emérito Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, en una magna celebración en el Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI.

“El sacerdocio es amor y amar es entregarse, es darse, es saber lo que podemos hacer por Jesucristo, que vive en nuestro prójimo, como tú amigo, Don Emilio, que te has comprometido en las encomiendas de tu apostolado, en tu Diócesis de origen,  Aguascalientes, luego en Tijuana, en el Celam , en el Vaticano y finalmente en Mérida”, dijo el Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, Arzobispo de Tegucigalpa, Honduras, al expresar un mensaje a monseñor Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, durante la homilía en la ceremonia eucarística celebrada ayer al mediodía con motivo de sus 50 años de ordenación sacerdotal y 30 como obispo.

Ante sacerdotes y religiosas de varias partes del país, monseñor Rodríguez Maradiaga, a quien el homenajeado llamó “más que un amigo, un hermano”, indicó que esta acción de gracias es la expresión de nuestra cercanía y comunión en tu gozo y tu gratitud al Señor. “Estamos contigo y pedimos por ti a fin de que tu fidelidad y tu amor permanezcan hasta el final”, indicó.

“Todo esto lo ponemos en las manos de la Madrecita del Cielo que te mira en esta mañana con ojos de bondad y misericordia”, indicó.

También destacó que un Obispo se parece al Señor Jesús, tratando de hacer que cada uno de los que pasan a su lado puedan sentir  una historia personal con Dios. Es el que sabe, como imagen y semejanza de Dios, templo del Espíritu Santo, hermano salvado y redimido por el Señor Jesús deba ir atento por los caminos de la Diócesis encontrando hijos e hijas del Señor, sedientos de una mirada de misericordia y de solidaridad de una mano fraterna y consolatoria.

“Con tu testimonio nos dices hoy querido hermano, sé en quien he puesto mi fe ante los problemas de la Diócesis, del clero, de los fieles  o de tu querido país, donde te ha tocado ser signo e imagen del Buen Pastor”.

'Has llevado la cruz de cada día, como generadora de amor y de resurrección', dijo el monseñor Rodríguez Maradiaga

“Has llevado la cruz de cada día, como generadora de amor y de resurrección. Has sido padre para con los sacerdotes, con los religiosos y religiosas, así como con los fieles cristianos laicos. Has sabido guardar silencio, confidencia,  fraternidad y hermandad santa, comunión sin límites y con todos”, afirmó.

“Nos dice Jesús no son ustedes los que me eligieron a mí, sino que yo los elegí a ustedes. Tenemos que comprender que no le hacemos un favor a Jesucristo acatando su llamado, él nos está dando una ayuda y por lo tanto debemos estarle agradecidos. Es necesario comprender cuál es la razón y fin de esta elección”, subrayó.

Al concluir la misa, el Arzobispo Emérito de Yucatán agradeció a quienes lo acompañaron en esta celebración y sobre todo al “Todo Poderoso, pues ni una hoja de un árbol se mueve sin la voluntad del Señor”.

“Queridos hermanos, 50 años después de ordenación sacerdotal siento resonar las palabras de Jesús, a través de Pablo VI, que al ser ordenados por él al final nos dice, ya no los llamo ciervos del Señor, los llamo amigos. No es una palabra ceremonial, sino que Cristo nos eligió para seguirlo y otorgó la facultad de hacer aquello que sólo el Hijo de Dios puede decir y hacer legítimamente, ‘yo te perdono tus pecados’. Mediante este mandato de perdonar me permite asomar al abismo del ser humano, a la grandeza de lo que él padeció por nosotros, todo por la magnitud de su amor”, dijo. 

“En su llamado el Señor me invitó a vivir plenamente la amistad, una amistad que es una comunión, en pensamiento, y deseo porque el señor me conoce, desde antes de formarme en el seno materno. Señor ayúdame a vivir mi vida no por mí sino por el prójimo. Podemos ver a Dios en las dificultades y las alegrías, su presencia la sentimos todos los días, en cada momento, de él depende lo que somos, sabemos, hacemos y tenemos. Nada es coincidencia, todo es providencia. Hay que llevar el signo de la Cruz con alegría y decisión”, afirmó.

“Quiero dar también gracias por todos los dones generosos que gratuitamente me ha dado el Señor. Firmemente digo somos felices y fecundos en la medida que somos fieles a nuestra vocación o camino de vida. Este es un momento de gozo y gratitud”, agregó.

Además de monseñor Rodríguez Maradiaga también estuvieron los Cardenales Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México; Juan Sandoval Iñiguez y Francisco Rodríguez Ortega, Arzobispo de Guadalajara, y Arzobispo Emérito de esa misma ciudad, respectivamente.

Agradecimiento

El V Arzobispo de Yucatán Gustavo Rodríguez Vega concelebró la misa de Acción de Gracias por los 50 años de sacerdocio de su antecesor en ese encargo y, antes de comenzar la misa, agradeció la presencia de todos, en especial de los religiosos de otras entidades, que llegaron a unirse a esta memorable celebración.

La ceremonia eucarística inició con todos los sacerdotes, obispos y cardenales enfilados y dirigiéndose hacia el altar y a las sillas de adelante. Monseñor Emilio Carlos Berlie Belaunzarán fue el último en llegar a la procesión, que avanzó en medio de una valla formada por integrantes de los Caballeros de Colón.

También participaron en la ceremonia los obispos Rogelio Cabrera López, de Monterrey; Ruy Rendón Leal, de Hermosillo; Jesús José Herrera Quiñones, Nueva Casas Grande, Chihuahua; Juan María Huerta Muro, Prelado del Salto, Durango; Roberto Octavio Balmori Cinta, Ciudad Valles, San Luis Potosí; Juan Manuel Mancillas Sánchez, Texcoco; Ramón Castro Castro, Cuernavaca; Jorge Alberto Cavazos, San Juan de los Lagos, Jalisco, entre otros.

Cúpulas eclesial, empresarial y política en la ceremonia eucarística

La cúpula católica, empresarial, política y social de la entidad, así como los diversos sectores de la Diócesis de Yucatán estuvieron presentes en la ceremonia por los 50 años de ordenación sacerdotal del Arzobispo Emérito de Yucatán, Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, celebrada ayer al mediodía.

Muchos de los feligreses e invitados llegaron hasta con dos horas de anticipación. Luego de pasar un detector de metales, al entrar al Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI, destacó un altar con las imágenes de Nuestra Señora de Yucatán, traída de la Santa Iglesia Catedral desde las ocho de la mañana por integrantes de la cofradía del Archivo Sagrado del Escapulario Azul, y del Cristo Negro Señor de Sisal, cuyos 30 custodios lo trasladaron desde la parroquia de San Francisco de Asís de Hunucmá.

Con una enorme sonrisa, acompañado de una de sus sobrinas, Mimí Reyes Belaunzarán, el homenajeado, monseñor Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, llegó al recinto a las 11:26 horas y seis minutos después lo hizo su sucesor, monseñor Gustavo Rodríguez Vega.

“Mi mamá Carolina no pudo venir a acompañarnos por motivos de salud, pero sabemos que está aquí con nosotros en pensamiento y corazón”, expresó Mimí Aracelly, a quien también acompañaron otros tres de ocho hermanos Ernesto, Mariano y Luis Manuel.

Mariano aprovechó para agradecer a los yucatecos por la manera en que “adoptaron” a su tío desde hace dos décadas. “Sólo vemos muestras de cariño hacia mi tío, eso es hermoso”.

Llegaron unos 50 familiares del Arzobispo Emérito, algunos procedentes de la Ciudad de México. Entre ellos su primo Manuel Rodríguez Belaunzarán y esposa Eva Matilde. “No nos podíamos perder este acontecimiento”, expresó.

También estuvieron el gobernador Rolando Zapata Bello y esposa, Sara Blancarte, al frente de varios funcionarios de los tres niveles. Al final de la misa, algunas personas se acercaron al mandatario estatal para saludarlo.

Dos décadas fructíferas

Semblanza de los 20 años de ministerio de Monseñor Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, en Yucatán.

  • Inició su servicio pastoral en la Arquidiócesis de Yucatán el 29 de abril de 1995 con una celebración eucarística en el Parque Kukulcán, presidida por Mons. Jerónimo Prigione.
  • Durante sus 20 años fueron creadas más de 20 parroquias y rectorías, se reestructuraron los decanatos y crearon cuatro nuevos para un total de 14.
  • En sus 20 años de ministerio recorrió un millón 300 mil kilómetros de carreteras de Yucatán, por lo que conoce prácticamente todos los rincones de la entidad. De hecho, son pocos los templos donde no haya celebrado la eucaristía.
  • Puso especial atención en la promoción del Episcopado de tres presbíteros del clero diocesano y dedicó mucho de su tiempo a presidir en toda la Arquidiócesis la celebración del sacramento de la confirmación y las fiestas patronales de las parroquias.
  • Promovió la celebración de tres Congresos Eucarísticos Diocesanos y otros tantos sobre el tema de familia.
  • Fue fiel a la celebración de las peregrinaciones diocesanas tanto a Izamal e Ichmul, como a la Basílica de Guadalupe.
  • Durante su pastoreo fueron construidos los monasterios de las Carmelitas Descalzas, las Dominicas de Puebla y las Adoratrices del Santísimo Sacramento.
  • Erigió 26 parroquias y 15 rectorías y, al concluir su misión pastoral, había 1,543 centros pastorales, 750 comunidades parroquiales.
  • Promovió la especialización de seminaristas y sacerdotes en universidades de Roma y España. Como resultado, la Arquidiócesis cuenta con tres nuevos doctores y 42 licenciados en diversas materias.
  • En sus 20 años como Arzobispo fueron enviados a estudiar a Roma 64 sacerdotes.
  • Confirmó la ordenación de 98 sacerdotes y a 32 diáconos permanentes.
  • Promovió y creó la Revista Criterio de publicación catorcenal y con un tiraje de ocho mil ejemplares.
  • Promovió la construcción del Seminario Menor.

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