¿Sabes cómo un hobby puede dejarte dinero?

Sofía potencializó su habilidad para la confección y emprendió un negocio especializado en trajes de baño.

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Sofía Palmero hizo de un pasatiempo un negocio y ahora se sostienen gracias a él: diseña trajes de baño, una actividad creciente en Yucatán. (SIPSE)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Sofía Palmero descubrió, a los 17 años de edad, su habilidad para confección: emprendió un pequeño negocio de diademas; la demanda subió de decenas a cientos y supo entonces que no sólo la actividad le servía para entretenerse sino era una oportunidad de negocio, por lo que decidió estudiar una carrera afín en la Universidad Anáhuac Mayab y comenzó su camino hacia la industria de la moda.

Actualmente es especialista en trajes de baño y a pesar de su corta edad, tiene en su lista de éxito participaciones en pasarelas internacionales y planes de expansión.

En 2009 fundó la firma con su nombre y desde entonces ha sumado experiencias de ensayo y error para aprender las mejores prácticas del negocio, desde el trato con proveedores, personal y comercialización. Para consolidar su trabajo es asesorada en el Parque TecniA y Startup México Campus Mérida.

Sofía Palmero Caloca es egresada de la carrera de Diseño de la Universidad Anáhuac Mayab, y pertenece a una nueva generación de diseñadores yucatecos reconocidos por organismos como la Cámara Nacional de la Industria del Vestido.

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¿Cómo fue tu camino hacia la industria de la moda?

Empecé muy chica, estaba en preparatorio, en 2009, con la inquietud de hacer algo, primero fueron diademas que se vendían en tiendas de diseñador; tenía plan de hacer sombreros y el tema de los trajes de baño surgió de los accesorios que hacía, porque quería proponer algo diferente, especialmente porque en la competencia existían muchos diseñadores de vestido, pocos de traje de baño y tenemos la playa cerca, lo que significaba una excelente oportunidad.

Comencé diseñando en mi casa, me ayudaba una costurera porque yo no tenía ningún conocimiento al principio, fue un reto que acepté y me metí a cursos y talleres para aprender y dominar el uso de las máquinas. Tomé tres cursos en Milán de consultoría de imagen (image consulting), servicios de moda y diseño de modas.

¿Cómo resolviste el tema de la inversión para iniciar tu negocio?

Tuve el apoyo de mis papás porque de inicio fue como hobby y luego se convirtió en negocio, pero inicialmente no tuve que invertir mucho porque mis amigas modelaban mis trajes de baño, amigas fotógrafas hacían las imágenes, en fin tuve mucho apoyo de mi familia y seres queridos.

Conforme fue pasando el tiempo la marca se fue conociendo, ya está registrada, se conoce internacionalmente y como negocio fue produciendo capital para reinvertir.

¿Qué observabas entonces en la competencia?

El mercado de Mérida es difícil, antes no estaba tan actualizado y es un poco conservador, ahora con las redes sociales las tendencias llegan más rápido y se abren a más propuestas. 

¿Cómo definirías tu propuesta?

Es muy femenina, tiene diseños para mujeres que quieren resaltar, seguras, que no tienen problemas de llegar a un lugar y llamar la atención con diseños diferentes, no el típico bikini, me gusta innovar en los cortes, modelos, colores, tipos de tela.

¿Cuáles consideras hasta ahora tus principales logros?

Que internacionalmente me hayan llamado y me pidan producto, pero como mi empresa aún es pequeña todavía no tengo la capacidad de producción y no pude aceptar.  Me invitaron a pasarelas en Vancover, Canadá, y Los Ángeles, California, Estados Unidos, donde presenté mi trabajo.

¿Cómo ha influido el factor joven en tu trabajo?

Ha sido difícil, cuando estuve en Vancouver la primera vez, me decían ¿dónde está la diseñadora?, y les respondía: soy yo; porque me veían muy chica, no me querían hacer el maquillaje, no me tomaban en cuenta, tuve discusiones para pedir un mejor trato, porque me veían muy niña pero hay que luchar para ganarse un lugar.  Hasta la fecha regatean el trabajo, porque no le dan valor, y no creo que sea un problema que me suceda sólo a mí, es un problema del diseño en general porque no hay conciencia de todo el trabajo que hay detrás de  cada pieza, creatividad, tiempo, pruebas, dinero, investigación, etc.

¿Cuáles son tus siguientes pasos?

Tengo varios puntos de venta en Mérida, estoy por abrir uno propio y me gustaría exportar y que la marca trascienda a países de Europa y Estados Unidos.

¿Cómo te asesoras para fortalecer tu negocio?

Actualmente tengo apoyo de mentores de Startup México Campus Mérida en Parque TecniA, en la Universidad Anáhuac Mayab.

¿Hasta el momento qué es lo más significativo que has aprendido?

El uso de los materiales, al principio no tenía idea de cómo tratar las diferentes texturas y cómo aconsejar a las clientas, conocer el mercado y estar atenta de las necesidades, entender que no todo lo que está en tendencia se vende, hay que ofrecer lo mejor y que necesiten. En lo financiero: que necesitas tener ganancia para que continúe el negocio, no se podía quedar como hobby, antes hacía otras cosas trabajaba, estudiaba y diseñaba, pero no se puede ser multitask (multitareas) si se quieren hacer las cosas bien, entonces decidí dedicarme al 100 por ciento a mi marca.

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