José Salazar/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- “Los hijos no nos salen ni buenos ni malos, sino que necesitan criterios. No podemos controlarlos pero sí influir en ellos y enseñarles tres valores fundamentales: respeto, responsabilidad y honestidad. Nuestros hijos necesitan menos discursos y un mayor reconocimiento de las cosas que hacen bien. No hay que enfocarse sólo en lo negativo”, señaló Vidal Schmill Herrera.

El experto impartió la conferencia magistral “Enseñamos valores o a valorar”, durante la jornada inaugural del VI Congreso Internacional de Familia.

El  pedagogo, especialista en Desarrollo Humano, dijo que actualmente a los hijos se les pueden poner límites sin llegar a maltratarlos enfocándose en la conducta y no en su personalidad, ya que si se sienten atacados eso será un pretexto para responder con violencia verbal e incluso física.

Vidal Schmill indicó que las áreas en las que se deben poner límites a los hijos son: higiene y salud personal, relaciones familiares en el hogar, aprovechamiento escolar, vida sexual, convivencia social y en el cuidado del medio ambiente y los seres vivos.

“A los hijos debemos inculcarles una ética basada en la responsabilidad no en la convicción, es decir, qué consecuencias tendrá mi decisión hoy, aquí, ahora y no la convicción total de que lo que estoy haciendo está bien de acuerdo con mi escala de valores. Hay que tener cuidado porque una persona que está totalmente convencida de estar bien en algo es muy radical y para este tipo de personas el fin justifica los medios. En esta época no se trata de tener convicciones, se trata de tener responsabilidades”, aseveró. 

El también experto en Desarrollo de Habilidades del Pensamiento y Educación en Valores mencionó que los criterios de valor deben ser enseñados a los hijos, mencionándoles las consecuencias que les pueden traer las decisiones que tomen en su vida.

Además de ello, para lograr una buena educación basada en valores recomendó estructurar rutinas y horarios para las actividades cotidianas tanto en el hogar como en la escuela así como crear buenos hábitos en los hijos en base a la repetición de las acciones que se desea se vuelvan costumbre.

Schmill Herrera mencionó que no hay mejor enseñanza que el ejemplo que los padres le muestren a sus hijos, aplicando los valores en la vida cotidiana y que también es necesario que aprenden a percibir  y responder a las necesidades de los demás de manera solidaria.

“La empatía es el fundamento de la ética personal”, concluyó.