Luis Fuente/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En los últimos meses se ha registrado en Yucatán la venta de relojes de lujo falsos o clones, cuya única manera de establecer que el artículo no es original es analizando la maquinaria, y por ello, el comprador desconoce que el artículo que adquirió no es genuino, indicó el coordinador del área de avalúos de la Fiscalía General del Estado, Luis Zubieta Rodríguez.

En lo que va del año, la FGE ha abierto carpetas de investigación en las que están involucrados unos 30 relojes de los llamados de alta gama, principalmente porque los dueños desconocían que eran falsos.

Recordó que uno de los casos se presentó en enero pasado, en el que cinco relojes fueron llevados a la FGE como parte de una carpeta de investigación por robo, y al ser analizados, se descubrió que no eran originales, lo que motivó que el dueño interpusiera otra denuncia, ahora por fraude.

El funcionario público señaló que es muy difícil identificar la autenticidad de un reloj por fuera, ya que las imitaciones pueden tener agujas y cristales, pero con lo que los falsificadores fallan son en la maquinaria, las piedras preciosas que llevan y el calibre.

“Algunas marcas finas traen sus propias llaves para abrir los relojes, como Rolex; además de que en el interior se encuentran el número de serie, el calibre, longitud y el número de piedras preciosas que tienen para funcionar con alta precisión”, añadió.

También se utilizan microscopios para ver si las figuras con las que cuenta el reloj no están distorsionadas y para verificar la autenticidad de las gemas.

Zubieta Rodríguez señaló que los fabricantes de relojería fina emiten catálogos en los que están las características y especificaciones de los modelos, precisamente para detectar falsificaciones.

“Pirata y clon básicamente es lo mismo. Se trata de una falsificación y lo que se diferencia es que el primero se le llama así porque es una imitación muy pobre, y el segundo tiene muchas de las características del original, pero no es genuino”, explicó.

Los relojes están clasificados en tres gamas: baja, media y alta. Los dos primeros también llamados de “temporada”, ya que en realidad no tienen un valor importante en el mercado y sólo lo tienen en las tiendas departamentales en el momento en el que salieron a la venta.

Por el contrario, los relojes de gama alta, como Rolex, Cartier y Panerai, entre otros, pueden tener un valor de más de un millón de pesos y son coleccionables, como una edición especial que salió al mercado con motivo del regreso de México a la Fórmula 1, del cual sólo se hicieron 400 modelos.

Indicó que uno de los relojes de alta gama que más se falsifica es el Santos de Cartier, debido a que su diseño exterior es muy sencillo, por lo que la gente no sabe que es una imitación hasta que lo lleva a un relojero y se descubre que no es genuino.

Reiteró que los relojes de imitación usan maquinarias asiáticas, principalmente chinas, y en muchas ocasiones piezas de plástico, lo que no sucede con los modelos originales.

Por su parte, el director de Servicios Periciales de la Fiscalía, Carlos Ruiz Cardín, destacó la continua preparación y actualización del personal para hacerle frente a las falsificaciones, que con el desarrollo tecnológico cada día son más precisas y difíciles de detectar; por ello los peritos se preparan para brindar sus servicios de manera profesional.

Ruiz Cardín puntualizó que para hacer frente a delitos de falsificaciones, es necesario contar con personal capacitado y entrenado por especialistas. 

En alerta ante las imitaciones 

La Federación de la Industria Relojera Suiza advierte que 40 millones de relojes apócrifos se fabrican cada año, por lo que más vale tomar precauciones para no caer en el engaño de falsificadores de los cotizados relojes.

Existen los relojes-homenaje, que son con diseños inspirados en la estética de un modelo de éxito de otra marca.
Lo más importante es clarificar que son productos legales que no vulneran elementos protegidos por las leyes de propiedad intelectual, como una marca registrada, un logotipo o un símbolo en concreto.

También está la imitación, que entra en la ilegalidad, pues es el primer escalón que se puede definir como copia barata, ya que no suele dar lugar a engaño, pues a simple vista se pueden observar errores, como nombres mal escritos.

Asimismo, se encuentra la réplica, que es el eufemismo para referirse a una falsificación, cuyo objetivo es la pretensión de hacer creer que es original.

Sin embargo, en ocasiones, las firmas reeditan algún modelo vintage e introducen esta denominación en su nomenclatura.

El nivel de sofisticación de las imitaciones es notable en las provenientes de Asia, pues las autoridades han decomisado calibres con tourbillon, una de las complicaciones relojeras más excepcionales y difíciles de manufacturar.

De aquí hacia abajo, poco o nada se les resiste ya: cristales de zafiro, relieves y grabados, embalajes y documentación. Lo anterior provoca que incluso un profesional no sea capaz de poner la mano en el fuego por una pieza sin comprobar antes la maquinaria.

El riesgo principal es cuando la venta se hace entre particulares, sobre todo en portales de subasta y de venta online.
En estas situaciones se debe buscar los llamados Trusted o PowerSellers con cifras altas de clientes satisfechos, hay que tomarse un tiempo para leer las opiniones sobre ellos y cerciorarse de que aceptan devoluciones.

Exigir que envíen la mayor cantidad posible de fotografías ad hoc del artículo y que éste conserve su factura, estuche y documentación originales.

No fiarse del precio, pues no sirve de indicador cuando es anormalmente bajo, ya que los estafadores también los venden a precios de originales, así como elegir métodos de pago que ofrezcan seguridad adicional y evitar las transferencias bancarias.

en el caso de que se pueda llevar una compra en persona se debe familiarizar previamente con el modelo a adquirir para revisarlo minuciosamente, además de comprobar que todos los elementos sean funcionales y no decorativos.