MÉRIDA, Yuc.- Mérida se encuentra entre las principales ciudades que podrían tener un boom económico ocasionado por la implementación de mayores reservas en sus terminales de almacenamiento de gasolina, pues de acuerdo con la nueva Política Pública de Almacenamiento Mínimo de la Secretaría de Energía, para 2025 la ciudad deberá guardar un volumen equivalente a 13 días de ventas como mínimo.

Empresarios del ramo entrevistados por MILENIO NOVEDADES aseguraron que contar con mayor capacidad de almacenamiento de combustibles se traduce en seguridad para las empresas, lo que genera un gran polo de inversión para que más decidan colocarse en la entidad.

Uno de los efectos favorables a largo plazo para la entidad, será que una vez liberados los precios de los energéticos y tener ese abastecimiento cercano, se traduzca en beneficios reflejados en los precios de los combustibles, comentaron los empresarios gasolineros.

De igual manera indicaron que esta ampliación de abastecimiento era necesaria, ya que ante cualquier fenómeno climático o desastre natural que deje a la entidad sin recibir combustible, se pueda otorgar el servicio sin ningún impedimento.

El contar con mayor almacenamiento da seguridad de contar con combustibles, lo que hoy en día no se tiene, opinaron algunos de los entrevistados.

El documento de la Secretaría de Energía indica que para otorgar esta ampliación de almacenamiento de combustibles la entidad debe contar con ciertas características entre las que se encuentran: tener un número de oferentes que satisfagan la demanda a precios competitivos; tener una infraestructura que permita almacenar y transportar los productos desde el lugar donde se producen o se importan hasta los puntos de almacenamiento y consumo, lo que implica inversiones a largo plazo.

Además, en el documento resalta que México no tiene una política de almacenamiento de hidrocarburos, ni de refinados y solo almacena el equivalente a 2.5 días de ventas, es decir, solo 60 horas. La demanda de gasolinas en México se estima crecerá en 2030 a una tasa anual de entre 1.9 y 4.2 por ciento, según el escenario contemplado en la prospectiva de petróleo crudo y petrolíferos 2016-2030.