Estudiante de Yucatán ayuda a fabricar aviones en Francia

José Martín Aranda Ku realizó su estadía con la firma francesa Groupe Ledoux, quien le encargo la tarea de programar y crear un brazo robótico.

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José Martín Aranda Ku, estudiante de la UTM en Mérida, logró la programación y conexión de un brazo robótico a una perforadora y remachadora de páneles utilizados en la fabricación de aviones. (Notimex)
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Agencias
MÉXICO, D.F.- El estudio, la tenacidad y la confianza en sí mismo permitieron a José Martín Aranda Ku, estudiante de la UTM en Mérida, lograr la programación y conexión de un brazo robótico a una perforadora y remachadora de páneles utilizados en la fabricación de aviones.

Alumno de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTM), Aranda Ku ganó una beca del programa Mexprotec, que le permitió realizar una estadía en Francia para especializarse en una institución educativa de ese país y desarrollar un proyecto en el sector privado.

Gracias a este proyecto, el estudiante del área de mecatrónica, también obtuvo su licencia profesional en automatización, redes industriales de comunicación, visión y ergonomía industrial que otorga el Instituto Universitario de Tecnología de Montlucon, Francia.

El reto, explica, mejorar la rapidez, eficiencia, operatividad, bajar los costos y aumentar la seguridad en torno a la perforación y remaches de los paneles utilizados en la fabricación de aviones, el transporte más seguro del mundo.

Durante la estancia en Francia la firma Groupe Ledoux, dedicada a la automatización en la industria aeronáutica y aeroespacial, le encargo la tarea de programar y comunicar un brazo robótico acoplado a una remachadora conocida como Lynx dou Type C.

Aunque existen máquinas que realizan estas tareas, el reto era mejorar la eficiencia, ya que parte del proceso para cambiar las herramientas de perforación (brocas) y de remache eran básicamente manuales, lo que es tardado, riesgoso para el trabajador y además puede generar fallas a causa de la intervención humana.

En la actualidad, existen máquinas que ya cuentan con este sistema de brazo mecánico, sin embargo son muy grandes y costosas por utilizar un sistema de Control Numérico Computarizado, conocido como CNC.

Cuando a un panel se le hacen remaches, se necesitan orificios de diversos tamaños.

"En México, contamos con potencial para desarrollar proyectos, pero debemos tener confianza en nuestra gente", dijo José Aranda

Con la conexión de este brazo robótico las herramientas las quita y cambia este brazo en forma rápida y eficiente. Ese trabajo de programación me tocó realizar, dijo.

Sin embargo, estas tareas no se limitan sólo al cambio de herramientas sino también a dotar al brazo de un lector de identificación que permita saber el tipo de broca se requiere para la perforación, a cuántas revoluciones debe girar y cuánto uso se le ha dado, de ser necesario reemplazarla. Lo mismo sucede con el portaremaches.

Además, es tal su precisión que ahora se pueden utilizar tabletas de pruebas que son perforadas y remachadas, las cuales son enviadas a depósitos especiales para que pueden ser estudiadas en los laboratorios, pues por su naturaleza, los paneles no deben de tener protuberancias.

Tras poco más de tres meses de desarrollar el proyecto, este concluyó y fue presentado por la citada empresa durante la pasada exposición del Salón de Burget, en París "donde se cumplió el objetivo, incluso se vendió el equipo sin ninguna modificación".

Aseguró que una de las más grandes experiencias en Francia fue el saber que si se puede desarrollar este tipo de proyectos y “que podemos contribuir con el desarrollo de nuestro país en la áreas que nos los propongamos”.

Lo que necesitamos, continuó, es mucha práctica, ganar experiencia, así como conocer los principios básicos y lógicos de la programación, lo que nos va a facilitar desarrollar nuestros proyectos.

“Creo que el gran secreto para lograr este tipo de proyectos es no tener miedo, aventarse, utilizar todo este desarrollo tecnológico que tenemos en nuestro tiempo donde la memoria para programar es infinita, casi ilimitada”, sostuvo.

“Una de las situaciones que más me gustaron es la confianza de las empresas en su gente. Nunca me presionaron, sabían que lo iba a lograr y por eso no tuve limitaciones o presiones, por el contrario hubo mucha libertad para trabajar”, detalló.

En México, dijo, contamos con el potencial para desarrollar proyectos de muy diversos tipos pero debemos tener confianza en nosotros y en nuestra gente. En Francia la gente está consciente de que ha de entrar muy temprano -y puntual- a trabajar y saldrá tarde.

Pero a cambio, resaltó, la empresa le proporciona el pago justo por su trabajo, lo suficiente para poder vivir bien y esto hace que se sientan estimulados y libres para laborar.

José Martín es uno de los 15 jóvenes de la UTM que desarrollaron una estancia de un año -13 en Francia y dos en Canadá-, y quienes fueron en busca de obtener una licencia profesional en diversas áreas del conocimiento.

Cada prospecto deberá tener una calificación mínima general de nueve de diez puntos, así como presentar al Programa Mexprotec un proyecto y una motivación para realizar una estancia en Francia, la cual es avalada o rechazada por un comité técnico.

Una vez que ha sido aprobado, el alumno deberá cumplir con un programa de 10 meses de capacitación en el aprendizaje del idioma francés y de aprobar la certificación en el nivel intermedio de esta lengua, entonces es enviado un año a Francia para su formación.

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