Yucateca encuentra en Colombia su proyecto de vida

La joven arquitecta María Zapata visualizó en un proyecto escolar y en una experiencia en Colombia la oportunidad de fundar una empresa.

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María Gabriela Zapata Cuevas desde hace dos años opera su empresa Studio 52, dedicada al diseño y corte láser. (José Acosta/SIPSE)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- María Gabriela Zapata Cuevas, con 24 años, recién egresada de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Yucatán, encontró en un proyecto escolar y una experiencia en Colombia una oportunidad para fundar un negocio.

Desde hace dos años opera su empresa Studio 52, dedicada al diseño y corte láser, con el cual ha encontrado su lugar dentro del campo laboral con la filosofía de que el trabajo bien hecho es la mejor carta de presentación y también herramienta de difusión.

Mediante la superación constante y retos se ha ganado la confianza de empresas, instituciones educativas, comercios y particulares que perciben en su trabajo la garantía de calidad.

¿Por qué decidiste fundar un negocio con este giro?
Enero del 2012, me fui de intercambio académico a Colombia, yo cortaba mis maquetas a mano, allá conocí la máquina láser y con eso ahorrabas un montón de tiempo, era muy habitual su uso. 

Todas las maquetas que hice durante mi carrera tardaba hasta una semana y con esta tecnología está lista en media hora, un ahorro de tiempo fantástico.

Regresando a Mérida tomé una clase de desarrollo empresarial y a partir de allí comencé el proyecto, pero a nivel escolar como simulador de negocios; entonces vi que era posible y me arriesgué a hacerlo realidad. 

Con la necesidad de tecnología específica ¿Cómo fue tu proceso de financiamiento?
A partir del trabajo de la escuela investigamos precios y tipos de máquinas. Así, iniciamos con dinero propio y el respaldo de mis padres y mi abuelo.

Compramos el equipo que resultó ser más grande de lo que creíamos y  que sus funciones eran más diversas que sólo maquetas, podía cortar acrílico, grabar cristal, piedra, corte de madera y nos dimos cuenta que eso nos ayudaría a tener más opciones para los clientes. La ayuda de mi familia fue crucial, pues creyeron en mí. 

¿Qué retos has sorteado en estos dos años? 
Aprender a llevar una empresa, primero a golpe y porrazo, con base de lo que aprendí en la escuela y cursos de administración. Afortunadamente, el láser es muy versátil para trabajarlo y así poco a poco nos llegaron clientes, especialmente por recomendaciones, porque a pesar de que no tenemos letrero en el centro de trabajo la gente nos ubica. 

Un día nos cayó un rayo en la casa, se nos quemaron aires acondicionados, teléfonos, módems, fue un golpe muy duro porque apenas teníamos para empezar, significó una crisis y una oportunidad porque aprendimos la importancia de tener un seguro.

¿Cuál es su mercado?
Tenemos diferentes tipos de clientes, los dividimos en dos grandes grupos, el alumno, profesional y empresa que ya tiene definido qué necesita. Los particulares necesitan diseños específicos para fiestas, regalos o el uso que deseen, a veces traen su propuesta y si no, nosotros desarrollamos alguna.

¿Cuál consideras el valor agregado de tu negocio?
Atención personalizada, asesoría y propuestas al cliente buscando que termine, satisfecho con el trabajo, le damos opciones diversas, hacemos prototipos, nos ajustamos a su presupuesto, no se va con las manos vacías, damos soluciones. Garantizamos la calidad.

¿Cómo ha influido tu juventud en el negocio? 
Es positivo, por una parte tengo la energía necesaria para no decaer a pesar de muchas horas de trabajo, saltarnos comidas o no dormir bien. 

Además, la carrera de arquitectura nos entrenó con proyectos bajo presión y con malas noches. 

Por otro lado, me he encontrado con compañeros que se dedican al trabajo de acrílico que se han convertido como una gran familia porque nos ayudamos, nos cuidamos, no hay competencia desleal.  

¿Qué lecciones has cosechado hasta el momento?
Es importante estar de alta en Hacienda, lo hicimos desde el primer mes, estoy como persona física con actividad empresarial, porque de esta manera otros negocios confían en nosotros porque pueden facturar y esto le da seriedad a nuestra empresa.

Hay que administrarse muy bien, tener un fondo para imprevistos, como lo que nos pasó con las afectaciones del rayo. También, en el trabajo tener un plan b, para saber cómo solucionar un problema suscitado en un proyecto para nunca quedar mal con el cliente.

¿Qué consejos compartirías con tus contemporáneos emprendendores?
Siempre dar lo mejor de ti, si lo haces bien, algo bueno resulta porque si te apasiona tu trabajo y lo desarrollas con calidad eso impactará positivamente en la empresa y en tu persona. 

Los invito a no rendirse porque esto es un proceso de consistencia, paciencia y creatividad para resolver los problemas.

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