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Desde los primeros siglos de la colonia española, la maya ha sido un idioma vehicular, que ha servido de guía en amplia zona de la Península de Yucatán y del sureste del país; esto podemos notarlo en numerosos textos históricos donde aparecen préstamos léxicos de esta lengua. Hoy día, muchos de estos términos se emplean en el contexto dialectal con una diversidad de significados primarios y secundarios conforme a las necesidades de comunicación de los hablantes.

Aparte de los 15 mayismos acuñados en el Diccionario de la Lengua Española, existen otras 50 voces derivadas del maya yucateco en el Diccionario de Americanismos publicado en 2010 por la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE). Esta obra recopila información sobre la riqueza semántica de los indigenismos y su grado de dispersión en el territorio americano. De estos mayismos 14 están referidos a vegetales, ocho son nombres de alimentos y bebidas, cuatro se refieren a nombres de animales y un solo verbo: uixar (wixar).

Veamos los referidos a la flora:Es el grupo de vegetales, con más voces, donde aparece la chaya (del maya chaay), arbusto robusto de hojas perennes, de la familia de las Euphorbiaceae; el espelón (xpéelon), Vigna unguiculata, frijol negro originario de África tropical; la “ciruela” chiabal (chi’ abal), árbol de jobo y su fruto; el siricote (k’óopte’), Cordia boissierii, fruto y árbol de tronco grueso, de hasta 5 m de altura, de ramaje abundante, con hojas de color verde claro; el pixoy (Guazuma ulmifolia), guásimo, árbol, de cuyos frutos fermentados se producía un aguardiente, y el ixtabentún (Turbina corymbosa), enredadera grande y leñosa, de hojas acorazonadas, flores blancas acampanadas y semillas redondas cafés que poseen diversos alcaloides.

Figuran cinco plantas identificadas como medicinales: elemuy (e’lemuuy), Guatteria gaumeri, árbol de hojas aromáticas y frutos racimosos, tiene propiedades contra la hipercolesterolemia y los cálculos renales; el sipché (síipche’), Bunchosia glandulosa, planta de hojas opuestas, aromáticas, flores amarillas y fruto en drupa globosa de color anaranjado con varias aplicaciones terapéuticas; el jabín (ja’abin), Copaifera hymenaefolia, árbol de hasta 15 m de altura, de tallo liso y ramoso, hojas compuestas, flores moradas y fruto en vainas estrechas, cuya raíz se usa como analgésico; el sikilté (Jatropha curcas), arbusto de hasta 4 m de altura, de ramas glabras, hojas alternas y acorazonadas en la base, con flores masculinas y femeninas, fruto en forma de cápsula, tiene múltiples usos en la medicina tradicional, y el chacaj (Bursera simaruba), árbol de hasta 30 m de altura, de copa irregular y espesa, hojas alternas, flores pequeñas, aromáticas, de color verde o amarillo y fruto rojizo usado en la medicina tradicional maya.

Finalmente aparece el taman (Malvaceae, Gossypium) para nombrar a la planta de algodón y su fruto; el bacal (bakal), olote de la mazorca de maíz una vez desgranada, y el joloche (jolo’och) para nombrar a la hoja o bráctea que envuelve la mazorca del maíz, usada para preparar tamales.- Continuará.

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