Te presentamos a Yum Kimil, el dios de la muerte para los mayas
La deidad gobernaba el inframundo
Novedades Yucatán/MÉRIDA
En estas fechas en las que se celebra el Hanal Pixán o comida de ánimas, es pertinente recordar que dentro de la mitología maya había un dios de la muerte al que se le temía y al que se le dedicaban sacrificios para congratularse con él.
Se trata de Yum Kimil, el Señor de la Muerte, quien dominaba la entrada al inframundo o Xibalbá, que también era considerado el infierno.
Este dios poseía una apariencia llamativa como de calavera con atuendos como pieles, o partes del cuerpo de animales.
Además, usaba artefactos de cobre, metal y en algunas ocasiones oro.
También, se le representaba portando pulseras o collares con cascabeles en formas de ojos fuera de sus cuencas.
Sin embargo, al paso del tiempo, los mismos habitantes mayas lo comparaban con animales.
Los animales que representaban a este ser omnipotente eran los búhos, perros y jaguares, ya que estos son un símbolo de autoridad, por lo que fueron tomados como una figura para identificar al dios Yum Kimil.
La historia cuenta que este dios era el responsable de la muerte de los enfermos, que en la mayoría de los casos no fallecían por la enfermedad, sino porque el terrorífico dios maya los arrastraba a Xibalbá, donde los asesinaba.
Este dios también es conocido como Ah Puch o Kizín y ocupaba el cuarto lugar entre los dioses mayas más poderosos.
Mediante sus fosas nasales Yum Kimil esparcía un terrible hedor, por esto en algunas de las aldeas mayas solía ser llamado “El dios de la flatulencia”.
Los mayas ofrecían sacrificios y cantos para que la deidad se apiadara de ellos, además, solían creer que por realizar ofrendas a este dios, él les brindaría su poder antes de dirigirse a las batallas o guerras, que eran constantes en tiempos antiguos.
Señores de Xibalbá
Los Señores de Xibalbá estaban ordenados en el inframundo maya por jerarquías y consejos que coexistían con una especie de civilización en las entrañas de la tierra.
La figura principal era por supuesto Yum Kimil, el Señor de la Muerte.
Los Señores de Xibalbá tenían una apariencia cadavérica y oscura, representando el polo opuesto a la vida: por ello mismo fungían como el equilibrio entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
Otros de los dioses de Xibalbá eran Hun-Camé (Uno-Muerte) y Vucum-Camé (Siete-Muerte).
Los mayas creían que todo hombre y mujer que muriera viajaba a Xibalbá, por ello en sus ritos funerarios se le daban agua y alimentos al muerto para que a que su alma no le faltaran provisiones en su inminente viaje hacia ese terrible lugar gobernado por Yum Kimil.
(Con información de mitología.info y culturacolectiva.com)