60 años

Alguna vez me dijeron que yo moriría de viejito y solo espero que sea en pleno uso de mis facultades mentales y físicas.

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Nunca imaginé que algún día llegaría a cumplir 60 años. No quiero decir que pensé que nunca llegaría a los 60, sino que, ni siquiera lo tenía en la mente.

Alguna vez me dijeron que yo moriría de viejito y solo espero que sea en pleno uso de mis facultades mentales y físicas, que no le dé problema a mis hijos y que no tengan que arrastrar al viejito. 

Sé que es mucho pedir, pero así lo deseo. No me veo jubilado, sin hacer nada, aún tengo muchos proyectos en la cabeza que ya se están cocinando y seguro estoy que de esos proyectos saldrán más y más, para mantenerme siempre ocupado y sin pensar malos pensamientos. 

Orgulloso estoy de mis dos hijos, Diana y Mario, de sus logros y de lo que aún les falta por lograr. Para mi siguiente cumpleaños ya seré abuelo de un/una precioso/a niño/a y esa, aunque no es meta personal, si lo es en las cosas que tenía que vivir. 

Seguramente seré un abuelo barco y consentidor; y seguro estoy que seré su mejor cómplice para muchas cosas, como lo fue mi abuela conmigo, y de la que tengo el mejor de los recuerdos y el anecdotario más grande que alguien haya podido vivir. 

Dicen que de los 60 a los 70 y de los 70 a los 80 años, son las edades más productivas de los hombres, en donde alcanzamos la máxima potencialidad en un sinfín de cosas. 

Me siento muy bien, con buena salud, muchas metas por cumplir, muchísimo trabajo diario y muy agradecido con todas y cada una de las personas que me han hecho ser lo que ahora soy. Sin su apoyo, no habría logrado mucho. 

Sé que uno pone el trabajo, pero el que alguien te dedique tiempo en organizar, tiempo en ideas y su tiempo simplemente, hace que todo fluya mejor y que todo se pueda realizar. El equipo es el que cuenta y la persona que se dice triunfadora por sí sola, no está reconociendo a todos los héroes ocultos que ahí estuvieron para realizar nuestras metas. 

Mis padres, José Luis y Diana, mi abuela Laura, mi tío Memo, de la parte familiar, y a un sinfín de personas que no son de la familia. 

Por supuesto a mis hijos Diana y Mario; y a Diana en un reconocimiento especial por haber sido mi gran regalo en mi cumpleaños 29, donde decidió nacer en el cumpleaños de papá. Muchas felicidades para ti y que el universo nos siga llenando de bendiciones al por mayor. Gracias mil a todos. Nos leemos el 8 de enero. Felicidades.

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