Oskar Mijangos/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Algunas madres de familia ven en el celular o las tabletas electrónicas un aliado para el entretenimiento de sus hijos; sin embargo, resulta contraproducente al inhibir la socialización de los pequeños al crecer, advierte el director general del Instituto Mexicano de Educación e Investigación en Psicología (Imeip), Manuel Tec Peniche.

"El problema no es el uso, sino el abuso, y peor aún, la dependencia a las innovaciones tecnológicas, que pueden modificar drásticamente no sólo el desarrollo de la personalidad y, por ende, las variables cognitivas como el pensamiento y lenguaje mismo, sino también el desarrollo emocional y social del niño", advirtió.

Susana Figueroa Díaz confiesa que utiliza el celular para entretener a su pequeño de dos años mientras ella realiza labores del hogar. Su hijo se divierte con la lista de videos que su mamá le programa. Considera que no abusa de esto al utilizarlo sólo mientras cocina o barre su hogar, aunque hay días en que las labores del hogar aumentan, y también el uso del celular para su pequeño. 

Tec Figueroa dice que hoy en día se habla ya de la nomophobia, que es el miedo irracional a estar sin el teléfono celular, la infoxicación (problema de exceso de información) o infobesidad, que no es otra cosa más que la saturación de información proveniente de diversas fuentes electrónicas y que causan dificultades para la toma de decisiones.

En ese tenor, el especialista advierte que utilizar el celular como sustituto de relaciones afectivas o sociales, genera en el niño problemas como el sedentarismo y, por consiguiente, sobrepeso, adicción tecnológica que conlleva a la falta de sueño y con ello irritabilidad, cansancio y fatiga. También causa alteraciones conductuales, ansiedad, depresión, introversión, bajo rendimiento académico, entre otras afectaciones como deterioro de las capacidades sensoriales, principalmente del sistema visual y auditivo, deformación de la escritura y tendinitis (inflamación de los tendones).