El alcalde capitalino Luis Torres Llanes tiene un equipo muy deficiente, inadecuado para el mayor desafío que enfrenta nuestra autoridad municipal obligada a entregar resultados, superando ampliamente a un priato que carcomió la posición como obesa familia de roedores, hasta que les cayó el veneno electoral el pasado cinco de junio.

Luis Torres y su equipo tienen que comprender que la suya es una oportunidad con endemoniada exigencia, ya que el othonense aguarda el aterrizaje de las expectativas que lo hicieron despreciar al priismo con toda su alma –el priismo comandado por el gobernador Roberto Borge–, impulsados por la huracanada candidatura estelar de Carlos Joaquín González.

El equipo del alcalde tiene que ir a fondo en la revisión de los manejos financieros que tienen un responsable reciente: el ex alcalde priista Eduardo Espinosa Abuxapqui, siempre acompañado por su Secretario General de absoluta confianza: Jorge Aguilar Cheluja.

Este 30 de abril se cumplen siete meses de la llegada de Luis Torres a la alcaldía, tiempo suficiente para extirpar todos los tumores del Ayuntamiento y anunciar si hay elementos suficientes para ir contra Abuxapqui y Cheluja. Las interrogantes brotan…

                                       Corredor escultórico pintarrajeado

Ayer recorrí el bulevar de nuestra capital y comprobé el acentuado abandono del corredor escultórico instalado en el gobierno de Joaquín Hendricks Díaz. Las obras están pintarrajeadas con saña, enviando un mensaje muy negativo a los visitantes que saborean la zona más bella de Chetumal.

El primer reprobado es el chetumaleño en general, independientemente de los nombres de los agresores. Los otros son los funcionarios del ramo cultural, sea la Subsecretaría de Cultura o la dirección de cultura del ayuntamiento de Othón P. Blanco, tan torpemente dirigida en el período del alcalde Luis Torres Llanes.

Los burócratas de la cultura se deben sacudir la pereza para recuperar el corredor escultórico porque de nada sirve en estas condiciones tan deplorables, como fieles réplicas de baños estudiantiles donde abundan las expresiones obscenas. Pero a diferencia de los baños preparatorianos las esculturas están a la vista de propios y extraños a lo largo de nuestro bulevar, de Chetumal a la entrada a Calderitas.