Angélica Gutiérrez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- El aumento mamario se considera como la “reina de la cirugía estética”. Carlos Alejo Mex, miembro de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, lo describe así porque la mayoría de las mujeres no están conformes con el tamaño de su busto.

El precio de la intervención varía entre 40 mil y 45 mil pesos. En Cancún llegan a consulta 20 mujeres al mes, de las cuales sólo se operan seis.

El procedimiento comienza por valorar a la paciente con los antecedentes médicos. Fumar y estar medicándose son uno de los factores de riesgo, por esta razón la coagulación de la sangre cambia y puede ser peligroso, ya que podría haber un rechazo al implante, lo que es poco común.

Alejo Mex asegura que no hay ningún problema para amamantar después de los implantes, ya que la glándula mamaria nunca se toca.

Los mitos 

¿Las personas pueden ser alérgicas a las prótesis?
“La silicona es un material muy bien tolerado, el organismo lo rodea, aislándolo. Cuando un implante tiene problemas podría ser por otras causas, como por ejemplo, una infección”.

¿Después de 10 años se deben cambiar?
“Si un implante no ha dado problemas no tiene porqué cambiarse. Sólo se cambia cuando hay evidencia de alguna complicación”.

¿Pueden causar complicaciones en la lactancia?
“El implante mamario es muy bien tolerado durante el embarazo y no interfiere con la lactancia”.

¿Cuando se pone un tamaño de silicona después puede reducirse?
“Es mito, aunque sí tiene cierta dificultad, a veces es complicado porque con el paso de los años la mama ha cambiado, se ha caído y atrofiado, por lo tanto, para poner un implante más chico hay que levantarla”.

¿Con una cirugía de aumento mamario se pierde la sensibilidad?
“El implante en general no afecta la sensibilidad, pero cuando la prótesis es muy grande y estira mucho la piel, puede afectar los nervios y alterar la sensibilidad en la mama, pero en la mayoría esto no debería pasar”.