Ángel Castilla/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- El Centro de Atención Canina de Chetumal, no cuenta con el suficiente espacio para resguardar a los perros callejeros, solamente tiene habilitado ocho lugares donde albergan a 26 animales como máximo.

Fidel Cabrera Olivera, director de Salud del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, indicó que entre alimentación, desparasitación, curación y todos los elementos de limpieza, los 26 perros callejeros cuestan en promedio 43 mil 316 pesos al mes.

Agregó que el reglamento, actualmente marca 30 días como máximo para que los animales estén en el centro de atención, el dueño que después de tres semanas no va por su mascota, no lo hace nunca, los abandona, y así como el maltrato, la Ley de Protección y Bienestar Animal señala el abandono como delito, que se castiga con sanciones económicas e incluso, hasta con la cárcel.

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“Luchamos para darlos en adopción en coordinación con asociaciones civiles protectoras de animales, quienes les buscan reacomodo entre la sociedad, hay algunos que llegan golpeados o atropellados y es imposible rescatarlos, decidimos realizar un sacrificio humanitario, previo dictamen de la médico veterinaria del centro”, añade.

Sanciones 

Los dueños de mascotas callejeras pueden llegar a recibir sanciones económicas entre 50 a 100 salarios mínimos y encarcelamiento por 36 horas, en caso de no resguardar a sus animales. En Chetumal se estima que existan 12 mil perros callejeros de una población de aproximadamente 30 mil animales.

Rosario Salazar Rosado, presidenta de la agrupación Animal´s Cheriff, indicó que a pesar de los esfuerzos que varias agrupaciones realizan en materia de concientización y adopción, aún existen muchas personas sin sentimientos que olvidan dar cariño o de plano abandonan a su suerte a las mascotas.

“Las mascotas necesitan atención, cariño y un espacio digno para vivir, por eso cuando personas solicitan un animal en adopción, acudimos a visitarlos para asegurarnos que el animalito estará en buenas manos”, comentó. En febrero del año pasado, se registró en Chetumal el primer enjuiciado por maltrato animal.