Adviento
“Espero que esta Navidad abras muchos regalos, pero, sobre todo, espero que seas capaz...
“Espero que esta Navidad abras muchos regalos, pero, sobre todo, espero que seas capaz de abrir tu corazón”, Janice Maeditere.
Iniciamos el tiempo de Adviento. La ciudad comienza a iluminarse, las tiendas se llenan de luces y colores navideños, nos deleitan con sus villancicos; en las casas sacamos nuestros nacimientos, luces, compramos arbolitos de Navidad o sacamos el artificial, los adornos navideños adornan los hogares. Al mismo tiempo inicia una época importante de eventos, posadas, preposadas, intercambios de regalos.
Las ventas de los adornos navideños están en su apogeo, siempre hay novedades, cosas interesantes por conseguir. Además de la compra de la lista de los interminables regalos, para cumplir; con los hijos, familiares, amigos, maestros, compañeros de trabajo... son un sin fin de cosas para comprar. Y por supuesto la lista de compras de la comida para las posadas navideñas, y la riquísima cena de Navidad.
El Adviento es época de preparación para la gran fiesta de la Iglesia, la llegada de Cristo a la humanidad, fiesta a la cual llamamos Navidad. Es una fiesta tan importante para los cristianos que la Iglesia prepara a los creyentes durante este período.
Adviento significa llegada, para los cristianos indica el espíritu de vigilia y preparación que se deben vivir en esta época. Es un tiempo de preparación del alma para recibir a Cristo y celebrar con Él su presencia entre nosotros.
Más allá de todos los preparativos que existen, más allá de los adornos de la ciudad, de las tiendas y del hogar, de las luces y música navideña, más allá de los festejos, de las compras interminables que nos vamos llenando. Busquemos preparar la venida de Cristo, en nuestro corazón.
Trato de pensar como la Virgen María debió preparar en la intimidad y en la oración, con alegría y esperanza, humildad y agitación interior el nacimiento de su Hijo. María con su generoso "Hágase" se une estrechamente a la unión con Cristo al que llevó en su seno virginal.
María nos enseña algo hermoso, sencillo. Con su fe, con su amor, con su entrega, la Virgen nos muestra cuál es el camino para esperar a Jesús. Nos da la pauta de la importancia de salir de nosotros mismos, de hacer un esfuerzo más para encontrarnos con Jesús, en el trabajo, en el hogar, en la calle, en la fiesta, en el caminar diario.
Es una gran aventura, salir de uno mismo, levantar la mirada de las comodidades conocidas, de las fiestas, del mundo material que nos rodea, sin miedos y dejarnos guiar por la Virgen María, poniendo como Ella a Cristo al centro de nuestro corazón. Solo así podremos preparar nuestro corazón para la llegada de Jesús, que siempre está buscándonos. Levantar la mirada al cielo, para no perdernos en este camino de Adviento, de preparación hacia la Navidad.
Es un tiempo que nos viene a recordar que servir desde el amor, amar desde el servicio. Ser capaz de ver a Dios en un pequeño Niño. Saber contemplar a Dios en lo pequeño de las cosas. Saber vislumbrar la necesidad del afecto y del cariño. Los invito en este tiempo de preparación a caminar junto a María. Con Ella será más fácil llegar a Jesús.