Paloma Wong/ SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- El Consejo Estatal de Participación Social de Educación (Coespase) en Quintana Roo suspendió la colocación y habilitación de los bebederos de agua en las escuelas, debido a la calidad del vital líquido.

Durante el segundo semestre de 2014, el Instituto de Infraestructura Física Educativa del Estado (Ifeqroo) inició la instalación de bebederos escolares en escuelas públicas del nivel básico en el estado, en cumplimiento con las recientes reformas en la materia. Estos dispensadores gratuitos de agua fueron ubicados en el nivel básico.

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Sin embargo, el programa se suspendió el año pasado para evitar aplicarlo en el 2016 y mantener activas las ya instaladas, porque el agua potable no es apta para consumo humano, informó Héctor Santín Gómez, presidente del Consejo.

“En la zona tenemos un tipo de agua que en realidad no es para instalar bebederos, por eso el programa se tuvo que detener mientras que buscamos otras alternativas en cuanto al sistema. Este se focalizó en ciertas escuelas de todo el país”, comentó.

Evitar deshidrataciones 

Explicó que el tener bebederos de agua en las escuelas es importante por el tipo de clima y con ello evitar deshidrataciones entre los escolares, ya que las temperaturas empiezan a sentirse muy calurosas a partir de las 10 de la mañana, de acuerdo con la Coordinación Estatal de Protección Civil.  

Indicó que el programa Escuelas al Cien 2016 programó recursos para construir más depósitos en escuelas del estado, pero entre los integrantes del Consejo determinaron que no era factible y prefieren destinarlos para otras obras necesidades en las escuelas.

De acuerdo con el programa del Ifeqroo, el bebedero deberá cumplir con los requisitos de calidad, seguridad, funcionalidad, oportunidad, equidad, sustentabilidad y pertinencia, para una oferta suficiente de agua potable para consumo humano.

Acceso a las personas

En su construcción tenían que tomarse en cuenta, el acceso a las personas con discapacidad, además de establecer protocolos para su construcción, equipamiento, mantenimiento, rehabilitación, reforzamiento, reconstrucción y habilitación, según señala la legislación.

Esta determinación se tomó, coincidentemente, luego de los resultados obtenidos por un empresario local, quien contrató los servicios de un laboratorio certificado para un muestreo del agua potable que llega a hogares, comercios y, por supuesto, escuelas, que arrojaron que no era apta para consumo humano.