Carlos Joaquín y la coalición PAN-PRD

Y mucho importa el vigor conjunto de esta coalición, ya sin Carlos Joaquín en la boleta.

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Los comicios del primero de julio de 2018 son una precipitada prueba para el gobernador Carlos Joaquín González, por el peso de las posiciones municipales y federales. La coalición PAN-PRD que lo acompañó en 2016 tendrá que demostrar su fortaleza competitiva soportando las rachas del devastador factor externo: Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de Morena.

Y mucho importa el vigor conjunto de esta coalición, ya sin Carlos Joaquín en la boleta. Sus líderes y figuras más visibles tendrán que reprimir su voracidad si pretenden competir en las mejores condiciones, amenazados –y muy en serio– por las coaliciones encabezadas por PRI y Morena.

Pero las ambiciones en las filas panistas y perredistas han complicado desenlaces pactados, instalando alambres de púas en esta captura de candidaturas que bajo ninguna circunstancia son pasaporte al paraíso, sino estricto boleto para competir en zonas muy reñidas e incluso con números en contra, como Jorge Portilla Manica como candidato a la alcaldía de Tulum.

A nivel de municipios ha hecho mucho ruido el fichaje del diputado federal ex priista José Luis Toledo Medina, “Chanito”, injustamente atacado por su participación en el gobierno de Roberto Borge. Impulsado por el PRD, “Chanito” será muy buen candidato de la coalición a la alcaldía de Cancún, valiosa desde todos los ángulos.

En las diputaciones federales la coalición encabezada por el PAN tendrá la mesa servida para aprovechar el colapso de la monarquía tricolor en Quintana Roo, aunque la priista Cora Amalia Castilla Madrid va a pelear a todo galope contra un tímido y bonachón Luis Torres Llanes, quien postulado por PAN y PRD saltará de la alcaldía capitalina a la candidatura federal con la obligación de no ser derrotado.

En la capital del estado el panista Fernando Zelaya tendrá la obligación de conservar la plaza para que no ondee de nuevo la despreciada bandera tricolor, pero la candidata priista María Hadad puede crecer en la campaña por ser inmune a la lepra del borgismo. Y no hay que perder de vista al moreno Hernán Pastrana Pastrana, quien puede aportarle mucho al vigor de este partido inventado por López Obrador a la medida de sus deseos.

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