La peligrosa coalición PRI-Verde-Panal

Puede tener vigor competitivo si aciertan en el lanzamiento de sus ‘gladiadores’.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

La voracidad de pirañas y el exceso de confianza de panistas y perredistas –con su postre de vanidad y autosuficiencia suicida– los han colocado en una situación comprometida rumbo a los comicios locales y federales de 2018, por tener muy poco que ofrecer a los electores que no se cansan de defraudar.

Mientras Morena se inclina a menudo por el desastre en el reparto de candidaturas, la inminente coalición PRI-Verde-Nueva Alianza puede tener vigor competitivo si acierta en el lanzamiento de sus gladiadores; cada partido de esta coalición cuenta con figuras interesantes acostumbradas a jugar en serio, pero en la cumbre los priistas locales se tendrán que poner de acuerdo para dejar de rechazarse y combatirse.

En la capital del estado –Chetumal– sigue pesando el ácido recuerdo de las andanzas del ex gobernador priista Roberto Borge, cuya simple mención desata náuseas y todo tipo de maldiciones; el rechazo contra Beto Borge se mantiene como acto reflejo en el sur, pero se irán abriendo paso priistas con una carga de pecados heredada por militar en el PRI y con trayectoria ajena a Borge, quien por ironías del destino aportó su tonelada de ladrillos para posibilitar la alternancia.

El PRI cuenta con una diversidad de figuras para competir en 2018; sus cuadros están en todos los partidos, y lo más curioso es que no dejan de ser priistas por sus desplazamientos en otros cuarteles donde seducen a sus anfitriones, colocándolos a su servicio con un simple gesto.

Para todos los partidos desembocar en un priista de origen es un paso inevitable; contemplen la situación de los morenos de juego con sus priistas reclutados en racimo, incluida Marybel Villegas Canché, cuyo potencial huracanado en Cancún es irresistible.

La coalición PAN-PRD es un espantapájaros invadido por los cuervos; en su doble bullpen no hay lanzadores que garanticen triunfos contundentes, una tragedia porque son los partidos oficiales y están obligados a garantizar triunfos en varios frentes.

Restregar el borgismo a todas horas tiene un efecto focalizado en Chetumal, pero las culpas de los capturados e impunes no serán asimiladas electoralmente por priistas que no participaron en el saqueo industrial y que decidieron replegarse por estrategia, apartándose de la cruel tormenta.

Lo más leído

skeleton





skeleton