La tragedia griega de Villanueva y Beto Borge

En la capital del estado ambos dramas han sido vividos a todo galope por la mayor cercanía de los gobernantes, padecidos o idolatrados.

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Ante su segundo gobernador atrapado por las tenazas de la justicia –el chetumaleño Mario Ernesto Villanueva Madrid fue el primero en caer, a fines de mayo de 2001–, el quintanarroense tuvo un viraje de 180 grados. La conmoción de aquellos años fue reemplazada por un apetito por la humillación del último gobernador del PRI lanzado del paraíso a las llamas del infierno con redes sociales incluidas.

En la capital del estado ambos dramas han sido vividos a todo galope por la mayor cercanía de los gobernantes, padecidos o idolatrados. La devoción y el desprecio son obsequiadas a los mandatarios en función de su comportamiento. Por ello Mario Villanueva fue elevado a los altares por gran parte de los chetumaleños, convencidos –me incluyo– de la motivación perversa del Presidente Zedillo que ordenó la ejecución del rebelde integrante del sindicato de gobernadores que dinamitó la candidatura priista de Addy Joaquín Coldwell, haciendo ganar a Joaquín Hendricks.

Mario Villanueva ha sido el gobernante chetumaleño más popular, y su caída –escapó nueve días antes de entregar el poder– lo sorprendió en la cumbre de la aceptación popular del sureño que no dejó de lamentar su desgracia –incluso en marchas multitudinarias–, condenando el trato que le dieron sus verdugos cuando fue lanzado al penal de alta seguridad de Almoloya, en el estado de México.

En las redes sociales el chetumaleño es humanitario con Mario Villanueva y su familia, tendencia que se repite en gran parte del estado –como Tulum y Playa del Carmen– y que incluye a municipios de la zona maya.

Roberto Borge recibe otro trato del chetumaleño e incluso en otras zonas del estado; pero en la capital se abre paso el resentimiento y el apetito vengativo, por una colección de agravios entre los que destaca la reingeniería que condenó a cientos al desempleo sin un gramo de remordimiento. Si, Beto disfrutó mucho al hacerse odiar por los chetumaleños, desafiando al sector magisterial que sitió Palacio de Gobierno, evitando que entregara en persona su segundo informe.

En estas redes sociales se descuartiza a Borge con vocación de verdugos que confunden la justicia con la venganza, linchamiento contemplado con prudencia por sus colaboradores en libertad, quienes se aportan de los reflectores para evitar la  rabiosa jauría del asfalto.

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