Silla vacante y ardiente la del Ombudsman

La diputada panista Eugenia Solís Salazar y la Diputación Permanente están en el torbellino por la inminente designación del nuevo Ombudsman.

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La diputada panista Eugenia Solís Salazar y la Diputación Permanente están en el torbellino por la inminente designación del nuevo Ombudsman que reemplaza a Harley Sosa Guillén, quien no tuvo la opción de reelegirse aunque fue una sorprendente revelación.

El proceso genera desconfianza porque por tradición hay dados cargados, de ahí la necesidad de modificar el procedimiento para que sean contemplados los perfiles más óptimos para beneficio de todos.

La posición burocrática de alcurnia genera apetitos individuales porque el titular de la Comisión de los Derechos Humanos (Cdheqroo) maneja presupuesto y tiene un sueldo nada despreciable.

Lo malo: la silla es considerada en los hechos como del equipo del gobernador, y más de un poderoso funcionario se endiabla cuando la Cdheqroo se atreve a tocarlo con la espina de una recomendación; en su lógica el Ombudsman no debe ser de obsidiana, sino de terciopelo.

Me consta que en más de una ocasión el gobernador Roberto Borge se irritó con Harley Sosa, quien no se reprimió a la hora de lanzar una recomendación filosa que impactó en los laberintos de la Procuraduría de Justicia hoy convertida en Fiscalía General del Estado.

Harley Sosa brincó de la Subsecretaría de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Gobierno y aquel 20 de marzo de 2014 fue electo por unanimidad, ya que 23 diputados lo encumbraron; tan sólo estuvieron ausentes la panista Perla Tun Pech y la priista Marcia Fernández Piña. Vaya que en tiempos del gobernador Roberto Borge los diputados marchaban en fila india, muy disciplinaditos como colegiales de escuela de paga.

El Congreso enfrenta una saludable presión porque la opinión pública –en realidad un bajo porcentaje– reclama un proceso justo y sin ganador definido de antemano. Este es el desafío que enfrenta una Diputación Permanente obligada moralmente a hacer las cosas de otra manera, desterrando en definitiva las recetas de cocina del despreciado PRI.

Sin simulaciones se debe permitir la participación de todos los quintanarroenses con proyecto, sin excluir a los funcionarios municipales, estatales y federales. Por ejemplo, Joaquín González Castro –ex titular del Poder Judicial– es idóneo para presidir la Comisión. Hoy es Subsecretario de Enlace Interinstitucional en la Secretaría de Gobierno, donde desperdician su talento.

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