Sacudida al gremio periodístico

El ataque a las instalaciones del Canal 10 debe ser una última llamada.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

El gremio periodístico de Quintana Roo fue sacudido este martes por un ataque rarísimo en nuestros dominios, aunque dolorosamente frecuente en otras entidades: la  fachada del Canal 10 en Cancún soportó un tiroteo que dejó a un empleado administrativo con heridas leves, al ser alcanzado por esquirlas.

Balazos en el nido de un medio de comunicación son una manifestación de la violencia que no debe sorprendernos, porque los pistoleros se atrevieron a echarle bala a la sede de la Fiscalía en Cancún, la tarde del 17 de enero de este año. Si los gatilleros se atrevieron a atacar uno de los refugios de nuestro Fiscal Miguel Angel Pech Cen, difícilmente estará a salvo otra instalación intocable.

Nuestro gremio fue arrancado de su sueño por seis balas, pero cada órgano y extremidad –cada dedo, músculo y articulación– tuvo reacciones variadas; cierto, predominó la actitud solidaria y de respaldo a los compañeros del Canal 10, pero hay quienes sacan a relucir agravios, recelos y una desconfianza que deben ser condenadas al cesto de la basura para poder avanzar como un solo cuerpo, unidos por un objetivo común: nuestra protección efectiva.

El ataque a las instalaciones del Canal 10 debe ser una última llamada –una alerta roja ante huracanes– para dejar por la paz actitudes hostiles que atentan contra nuestros intereses colectivos, tomando en nuestras manos la agenda de protección que no es exclusiva del gobierno –estatal y federal– y de nuestro Congreso local, ya que las únicas víctimas mortales siempre estarán en nuestro bando.

A estas alturas lo que ocurra con la Ley de Protección de Periodistas y Defensores de Derechos Humanos ya dejó de ser una prioridad para muchos en nuestra familia periodística; en cambio, perseguimos la unidad sin renunciar a las frecuentes discusiones porque son nuestra esencia. Pero algunos creen detectar divisionismo y sacan conclusiones erróneas repletas de fantasía.

Los periodistas de gran parte de los municipios estamos unidos –¿verdad, entrañable amigo Sergio Caballero?– y dimos por concluido el duelo de vencidas por una ley contaminada cuyo valor siempre será superado por la unidad y armonía en nuestro complicado gremio.

La sensatez se afianzó en estos tiempos de forcejeo, porque comprendimos que nuestros enemigos están en patios como el del Canal 10 de Cancún, y con estos criminales no se puede discutir.

Lo más leído

skeleton





skeleton