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Agencia
CANCÚN, Q. Roo.- A veces se come por aburrimiento o mientras se charla con alguien, aunque no se tenga hambre, en los descansos laborales, mientras se disfruta de la playa o en algún bar;  pero éstas son calorías de más que no sirven para saciar el hambre y forman, irremediablemente, parte de nuestra vida. 

La buena noticia es que si buscamos los pecados más sanos y menos calóricos, evitaremos la sensación de culpa a la vez que matamos la avidez ficticia. Por eso compartimos esta lista, publicada por el portal web de El País, de todo esto puede comer y beber hasta que el cuerpo aguante.

1. Pepinillos en vinagre
Keri Glassman, experta formada en Reino Unido con su propia escuela de nutrición, los recomienda, sobre todo, después de un entrenamiento duro. "Si se suda mucho, la sal ayuda a reponernos", explica, aludiendo al ensayo al respecto publicado en Journal of the Internacional Society of Sports Nutrition. 

Atención, hipertensos, este aperitivo es ideal para evitar el aumento de peso, pero no para aquellos que han de vigilar su ingesta de sodio (cada pepinillo contiene 1,5 gramos de sal según su propia etiqueta). 

Salados y crujientes, procuran un placer que satisface cualquier antojo (3 pepinillos: 24 calorías). También sirven las berenjenas, cebollitas, pero no incluiríamos las aceitunas, muy sanas, pero más calóricas a la hora de ‘comer sin parar.

2. Salmón ahumado con queso, anchoas o berberechos
Es frecuente que al caer el día nos entren unas ganas desenfrenadas de tomar hidratos de carbono. Es porque disminuye la acción de una hormona, el cortisol y de un neurotrasmisor, la serotonina. 

Un rollito de salmón ahumado relleno de queso fresco 0% graso es tan ligero como susceptible de repetir ("diez porciones serían 800 calorías", calcula). 

También se puede optar por bocados más livianos como la anchoa sin pan, el mejillón, el berberecho al natural con limón o las gambas cocidas.

3. Tomates cherry
Cien gramos (diez tomates) solo tienen 18 calorías, según la Clínica Santa María. “Puede hacer estallar una de estas dulces tentaciones en su boca con toda la apariencia y sabor de una golosina, pero sin el azúcar que esta conlleva", dice Glassman. Además, según los nutricionistas consultados, estos tomatitos son ricos en vitamina C, cinc y licopeno, que según la Sociedad Americana contra el Cáncer es eficiente para combatir ciertas enfermedades.

4. Manzana liofilizada (técnica de deshidratación por frio)
Su textura crujiente, al contrario que la fruta deshidratada, la hace más suculenta como aperitivo.

Este secado por congelación de la manzana mantiene viva sus cualidades organolépticas, y no suma calorías (una manzana solo tiene 35). Un estudio de Cell Press concluyó que unas dosis elevadas de magnesio "mejoran la capacidad de aprendizaje y la memoria" (la manzana tiene 5 miligramos por cada 100).

5. Zanahoria con limón y chile
Preparar un aperitivo con un plato de rodajas de zanahoria es realmente recomendable y apetecible. Su alto contenido en agua nos refrescará y, de nuevo, el bocado crujiente nos satisfará plenamente, si las condimentas con limón y chile, tal vez la disfrutes más. 

6. Algas
Son la última obsesión por parte de los amantes de una dieta sana y una solución sabrosa. "Los aperitivos de algas acaban con el antojo de algo salado a cambio de muy pocas calorías (1 ración: 25 calorías) y un montón de nutrientes, incluyendo minerales como el magnesio y el calcio", dice Keri Glassman. 

La OMS recomienda el consumo de variedades como la espirulina. Y según la nutricionista Dana James, postgraduada en Nutrición Clínica, "su contenido en yodo impulsa el metabolismo, mejorando la función del tiroides". 

No solo no engordan, sino que la Universidad de Copenhague vislumbró en 2011 que las fibras de su variedad marrón ayudan al adelgazamiento. Su revestimiento de aceite de oliva, que además previene la disfunción eréctil, aporta una dosis de grasa saludable al cuerpo. 

7. Té casero… con mucho hielo
No se come, se bebe, pero en los días de verano sienta tan bien que no podía faltar en la lista. "Elaborado en casa, sin azúcar y con edulcorante, pero con mucho hielo", como recomienda Isabel Artero, directora y fundadora del centro de belleza Cuerpo Libre. 

Por su alto contenido en cafeína (50 mg por taza) no se han de exceder los siete vasos por jornada. Sus variedades blanca y negra se vinculan a beneficios cardiovasculares.

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