Alumnos se quedan sin clases: maestros se van a huelga
Profesores de Cendi Chetumal aseguran que llevan nueve meses con retraso en el pago de su quincena.
Los docentes del Centro de Desarrollo Infantil (Cendi) de Chetumal se fueron a paro de labores porque les retrasaron el pago de sus quincenas y ya no quisieron aguantar más las afectaciones.
Maestros y maestras de la escuela localizada sobre la avenida De los Insurgentes esquina con calle Córcega, concordaron en que ya son varias quincenas que les retienen el pago y como ayer no se les había pagado el de la segunda quincena de febrero, es que decidieron implementar estas medidas de presión para que ya no vuelva a ocurrir.
Se trata de los docentes y el personal administrativo de los dos planteles educativos del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) que frenaron las labores, dejando a los alumnos sin las respectivas clases, por lo que los menores tuvieron que retornar a sus hogares hasta que haya una resolución del conflicto laboral.
Los docentes confirmaron que es un conflicto que inició a partir del mes de mayo del año pasado, por lo que ya van nueve meses en que han tenido que aguantar la falta de responsabilidad por parte de las autoridades estatales encargadas de la operación de esta escuela.
Varios padres de familia que al llegar, tuvieron que retornar a sus hogares, otros más buscaron a otras personas para dejar como encargados del cuidado de los hijos e hijas, reclamaron que los conflictos laborales afecte la educación temprana de sus hijos.
Comentaron que aunque se esté pasando por dificultades administrativas o el incumplimiento puntual de los salarios de los trabajadores, no se debe afectar la enseñanza de los menores, porque es la base del conocimiento que van a adquirir desde la edad temprana.
Además, de que los menores de edad no tienen la culpa de los conflictos entre el organismo pagador y la base trabajadora.
Otro de los problemas de la falta de pago a los docentes, es que deben solicitar préstamos de dinero en efectivo a sucursales bancarias o en el mejor de los casos a los tradicionales “agiotistas”, aunque deban pagar hasta el 10% de intereses por el efectivo solicitado.