Antiguo Payo Obispo, conectado por aire con Sudamérica
Francisco Bautista, historiador de Quintana Roo, recordó bocetos históricos de Chetumal.
Ángel Castilla/SIPSE
CHETUMAL, Q ROO.- El antiguo Payo Obispo, mantuvo vuelos internacionales hacia Sudamérica, con jornadas de viaje de sol a sol, contraria a la situación de hoy Chetumal, a pesar de tener un aeropuerto internacional.
Francisco Bautista Pérez, historiador de Quintana Roo, recordó que el antiguo Payo Obispo, tuvo servicios aéreos internacionales desde 1929, que permitió a los habitantes caminar a la Bahía, entre la Fuente al Pescador y Congreso del Estado para abordar un anfibio procedente de Cozumel, para llegar a Belice, Guatemala, hasta llegar a Río de Janeiro y Buenos Aires, en aproximadamente una semana de viaje, lo que fue una presencia muy temprana de la aviación comercial, el transporte aéreo siempre resolvió la ausencia de carreteras.
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En la actualidad nada de eso se tiene, a pesar de la infinidad de aviones que pasan sobre la capital quintanarroense y en teoría el aeropuerto tiene categoría de internacional, pero ya no se tienen esta clase de vuelos.
“Es impresionante la cantidad de aviones de Centro y Sudamérica que pasan sobre nosotros, con destino a Estados Unidos y viceversa, estamos llenos de aeronaves, qué les cuesta bajar a Chetumal, tomar unos pasajeros para esos destinos, lo que sería un incentivo muy bueno para el turismo local y el de esos países, además de que al chetumaleño le encanta Miami”.
Señaló que desde la segunda guerra mundial, en Payo Obispo se construyó un aeropuerto muy eficiente, y al paso de los años se han hecho ampliaciones, pero desafortunadamente siempre ha sido subutilizado, y antes de esto la aviación tuvo un auge muy importante, pero con equipo limitado, principalmente el tiempo de la explotación chiclera.
Agregó que de Payo Obispo se llegaba a Buenos Aires, Argentina; a temprana hora se tomaba un avión con primer escala en Panamá, donde se pernoctaba, la propia aerolínea se encargaba de llevarte al hotel y al día siguiente a desayunar, para poder continuar con el vuelo, la comida se realizaba en el avión, el cual tenía capacidad para ocho pasajeros, con una litera para quien deseara tomar una siesta, para llegar al destino final se volaban 40 días.
Recordó que el primer vuelo que hizo a la Ciudad de México, fue el 16 de septiembre de 1960, “compré mi boleto en el Aeropuerto de Chetumal para salir a las 6:00 de la mañana, abordamos un DC3, avión bimotor, llamado ‘el lechero’, porque bajaba en todas partes”.
De Chetumal se dirigía a Mérida, luego a Campeche, donde se daba cierto tiempo para bajar a desayunar, para proseguir a Ciudad del Carmen, donde se aprovechaba para ir a comer un coctel de camarón, y luego a Villahermosa, Minatitlán, Veracruz, hasta llegar a la Ciudad de México.
Bautista Pérez, oriundo de Michoacán, pero radicado en Chetumal desde el 18 de junio de 1960, con 80 años de edad, expresó que la aviación tuvo un auge muy importante, tanto estuvo Francisco Sarabia, célebre aviador que estableció marcas mundiales en vuelos de Los Ángeles, California a la Ciudad de México, de México a Nueva York y Ciudad de México a Chetumal, pero que desafortunadamente, en una de esas travesías falleció.
“Francisco Sarabia estableció una línea aérea de aviones de su propiedad y dejó una trayectoria muy importante en la etapa del desarrollo comercial, la aerolínea se llamó Transportes Aéreos de Chiapas, luego se trasladó aquí como Transportes Sarabia, y tras su fallecimiento no se le dio continuidad a esa compañía, pero se transformó en Tamsa”, Indicó en una entrevista para la sección de Personajes de Novedades- Chetumal, desde su cálida oficina, en su vivienda, hace dos semanas aproximadamente.
“Pero hasta aquí le dejamos, porque un dato me lleva a otro y vamos a llenar toda la edición”, refirió.
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