Apoyo a la diversificación económica
Quintana Roo ha sido, durante años, sinónimo de sol, playas paradisíacas y, por supuesto, turismo...
Quintana Roo ha sido, durante años, sinónimo de sol, playas paradisíacas y, por supuesto, turismo. Si bien este sector sigue siendo el pilar fundamental de la economía estatal, la reciente apuesta por diversificar las fuentes de ingreso es más que un simple deseo; es una necesidad urgente.
En este contexto, los microempresarios del estado se han convertido en protagonistas de un cambio estructural que busca reducir la dependencia de la industria turística y sentar las bases para un desarrollo económico más equilibrado y sostenible en el estado.
Con una bolsa de crédito superior a los 15 millones de pesos, el gobierno de Quintana Roo ha lanzado un programa de financiamiento dirigido a microempresas, con montos que oscilan entre los 10 mil y los 100 mil pesos.
La propuesta es clara: facilitar el acceso a recursos para aquellos emprendedores que desean iniciar o fortalecer su negocio, sin las barreras típicas de los créditos tradicionales que exigen altas tasas de interés y con requisitos engorrosos.
Los requisitos que la SEDE solicita con mínimos, y sólo basta con estar registrado en el SAT y no se exigen avales ni garantías adicionales, lo que hace de esta una opción accesible para aquellos que, en otros escenarios, quedarían fuera del circuito financiero.
La baja morosidad reportada hasta la fecha es una de las principales señales de éxito de esta iniciativa. Según Paul Carrillo de Cáceres, secretario de Desarrollo Económico del estado, ya se han otorgado más de 270 créditos que, y la respuesta de los emprendedores ha sido positiva.
Además de los montos iniciales, algunos beneficiarios han logrado acceder a hasta tres créditos, lo que habla de la solidez en la gestión de los recursos y el compromiso con el pago.
Este esquema de financiamiento no solo tiene un impacto positivo en la generación de empleo, sino que también contribuye al fortalecimiento de las comunidades locales. Al ofrecer acceso a capital a microempresarios que de otro modo tendrían dificultades para acceder a crédito, el programa fomenta el crecimiento de sectores como el comercio, los servicios y la manufactura, los cuales son fundamentales para la diversificación económica de Quintana Roo.
Uno de los principales logros de este programa es que no solo está promoviendo la formalización de los negocios, sino que también incentiva la inclusión financiera. Muchos de los emprendedores beneficiados han formalizado sus actividades, inscribiéndose en el SAT y, de este modo, integrándose al sistema financiero formal. Este paso es clave para que, a largo plazo, las pequeñas empresas puedan acceder a mejores condiciones de financiamiento, lo que les permitirá crecer de manera sostenida.
A pesar de que Quintana Roo sigue siendo uno de los principales motores turísticos del país, con un crecimiento destacado en su Producto Interno Bruto (PIB), este esfuerzo por diversificar la economía es más que necesario. La pandemia y otras crisis globales han demostrado que una dependencia excesiva de un solo sector puede ser un factor de vulnerabilidad.
Es por ello que este programa es una herramienta clave para fomentar una economía más equilibrada, en la que la generación de empleo y el impulso de nuevas empresas no estén sujetos únicamente a los vaivenes del turismo. Al mismo tiempo, este enfoque permite reducir la brecha entre el sector formal e informal, promoviendo la integración de más negocios al sistema económico del estado.