Lara Alfaro/SIPSE
CANCÚN, Q. ROO.-  En la guía de manejo de la alergia a la proteína de la leche de vaca emitida por la Secretaría de Salud en 2011, se señala que esta afectación es uno de los principales motivos de consulta en el tercer nivel de atención médica.  

Esta enfermedad se presenta entre 2 a 5 % de los niños menores de un año, y según el informe, su prevalencia ha incrementado, ya que el diagnóstico es tardío entre los médicos familiares, lo que ocasiona gastos mayores a los padres de familia. 

En la Cuarta Cumbre Latinoamericana de Temas Selectos de Nutrición  Infantil, que culmina hoy en la Riviera Maya, y que reunió a más de 600 especialistas en pediatría, este padecimiento fue tema de estudio para poder indicar cómo detectarlo y su tratamiento. 

La genética es el principal detonante de esta alergia, señaló Jorge Higuera Benítez, gastroenterólogo pediatra, habiendo 50% de probabilidades de presentarla con un familiar directo con dicho historial clínico y 80% si son dos personas. 

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“Hay una confusión en el ambiente médico, que es no saber diferenciarlo de la intolerancia a la lactosa, la primera afecta el sistema inmunológico, y la segunda, al metabolismo”, explicó. 

Para saber que un pequeño sufre de esta afectación, se presenta señales como diarreas continuas, dermatitis y problemas respiratorios. 

El segundo factor de riesgo, señaló el director médico regional para América Latina de Mead Johnson Nutrition, es que el parto sea por cesárea, ya que por esta vía las bacterias que ingiere el bebé para su flora intestinal no son las adecuadas.

“Según la última encuesta de salud y nutrición en el país, 50% de los alumbramientos son por esta vía, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda que no se exceda del 20% para proteger tanto al niño como a la madre”, agregó.

Finalmente, la alimentación es fundamental, dar sólo leche materna, y que la que mujer no ingiera alimentos con esta proteína reduce la incidencia, pero de presentarse la alergia, con una dieta adecuada puede curarse y no volverse a repetir luego de los tres años cuando el sistema digestivo ya ha madurado, concluyó  Higuera Benítez.