Aumentan ataques de perros en Quintana Roo por falta de precaución
La causa más común es la falta de precaución de la gente con los animales; se reportan más casos en Benito Juárez, Othón P. Blanco y Solidaridad.
Las mordeduras de perros callejeros a ciudadanos han aumentado este 2023 en Quintana Roo, debido a la falta de precaución de los ciudadanos y a pesar de que el calor atípico causa que los animales tengan menos actividad.
De acuerdo con datos del boletín epidemiológico de los Servicios Estatales de Salud (Sesa), para la semana 28 de este año se han atendido 938 mordidas de perros, mientras que el año pasado fueron 854.
Los municipios de Benito Juárez, Solidaridad, Lázaro Cárdenas, Bacalar y Othón P. Blanco son los puntos donde se han dado más ataques, mientras que en el resto de los municipios los incidentes son a la baja.
Abraham Can Silveira, médico veterinario zootecnista, explicó que en esta temporada de calor los animales callejeros están más quietos para evitar el desgaste físico, pero si hay más ataques es porque la ciudadanía se acerca a los perros sin entender sus señales que indican que quieren su espacio.
“A veces el perro no está moviendo la cola o la tiene oculta o debajo, y está indicando que no se siente seguro con la aproximación de la persona, y las personas piensan que el perro nada más tiene miedo, y cuando ellos quieren acariciarlo, el principal error es poner la mano sobre la cabeza del perro”, explicó.
Al hacer esto es cuando los canes muerden a las personas. El entrevistado compartió que los perros demuestran su incomodidad con distintos gestos. Los más simples son que el perro bostece, pestañee o se lama la nariz; aparte la mirada o voltee la cabeza; gire todo el cuerpo, se siente y levante una pata; que mantenga constantemente su distancia.
También que tenga las orejas hacia atrás, se encoja, se quede quieto con la cola entre las patas o se tumbe boca arriba y levante una pata.
“Este comportamiento es sumiso. Cuando es un perro en la calle y está muy asustado, la forma en que ellos demuestran que ‘yo me dejo’ es poner la pata hacia arriba. Cuando los perros en ocasiones pelean, el dominante se pone sobre el sumiso, y el sumiso expone la panza como señal de vulnerabilidad”, explicó.
Las últimas señales son que el perro mire fijamente a la persona con el cuerpo rígido, que gruña o que enseñe los dientes, que ladre al aire como aviso, y finalmente la mordida.
Can Silveira agregó que los perros callejeros pueden atacar porque la gente se mete en su territorio, que puede abarcar desde una casa hasta media cuadra, también al sentirse amenazados porque la gente agarra piedras, también por bicicletas o motos que pasen, y por ver un perro desconocido por la zona.
En caso de una agresión se recomienda ir con un médico para recibir antibióticos, desinflamatorios o una limpieza de la herida.
Según la información de Sesa, Benito Juárez encabeza la lista de municipios con más mordeduras de perro atendidas este año, con 587; seguido de Othón P. Blanco, con 142; después Solidaridad, con 78; y en cada uno de los municipios restantes hay hasta ahora menos de 40 casos.