Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Los habitantes de las colonias que sufrieron inundación, se quejaron de la presencia de moscos, principalmente por las tardes, por lo que temen el brote de alguna enfermedad transmitida por vector.

Rosaura Ek Vázquez, vecina de la colonia Carlos Salinas, ubicada en la periferia de la ciudad, señaló que se encuentran rodeados de vegetación, mucha de la cual permanece dentro del agua, por lo que puede ser el origen de la presencia de moscos.

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Dijo que para proteger a su familia utiliza pabellones, humo o productos químicos, pero son difíciles de controlar, por lo que pidieron la presencia de las brigadas de vectores, pues temen el brote de alguna enfermedad como dengue, chikungunya o zika.

Indicó que durante el día disminuye un poco la presencia de los vectores, sin embargo, después de las seis de la tarde se comienza a intensificar su presencia, por lo que se tienen que refugiar en el interior de sus viviendas.

“Cerramos puertas y ventanas, provocamos humo con pedazos de cartón o tela para ahuyentar los moscos, pero nada sirve, porque al rato ya los tenemos encima de nosotros”, señaló angustiada la madre de familia.

Bertha Georgina Tavera Rosales, coordinadora de Salud Municipal, aseguró que las brigadas trabajan intensamente en esa zona, dentro de las zonas inundadas lejos de la ciudad, para evitar afectación a la población y no suspenderán los trabajos hasta su combate.

Indicó que desde que cesaron las lluvias, las brigadas de vectores de abocaron en las zonas inundadas para colocar larvicidas que eviten la reproducción de los huevecillos y fumigaron todas las colonias, principalmente las áreas que registraron anegaciones.

Afirmó que las zonas donde continúan trabajando son las partes bajas de la ciudad como la colonia Carlos Salinas, Diego Rojas y Donaldo Colosio, donde permanecen pequeñas lagunas de agua.

A los vecinos de dichos asentamientos, pidió que saquen los colchones y demás muebles que conservan humedad, para que sean retirados por los camiones recolectores, ya que al igual que los cacharros y depósitos de agua, son potenciales criaderos de larvas, que restan efectividad al trabajo que realizan las brigadas de salud.