Bachean con cascajo las calles de Holbox; genera quejas de locales y turistas

Pobladores de la isla aseguran que las autoridades rellenaron con pedazos de block, trozos de ladrillos y piedras las vialidades para evitar encharcamientos.

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Los baches han alcanzado 50 centímetros de profundidad; el agua estancada representa un foco de infección y preocupa a los habitantes de la isla. [Foto: P. Chiomante]
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LÁZARO CÁRDENAS, Q. Roo.- Las calles de arena blanca de Holbox, uno de los principales atractivos turísticos de la Isla, fueron rellenadas con material de cascajo de construcción para evitar encharcamientos, pero “resultó peor el remedio que la enfermedad”, aseguran pobladores. 

Los baches de grandes dimensiones fueron rellenados con pedazos de block de construcción, cemento, trozos de ladrillos y piedras, pero estos materiales se han quedado al fondo de los charcos, provocando que las llantas de los taxis o vehículos particulares se ponchen frecuentemente.

Esta maniobra con la que el Ayuntamiento de Lázaro Cárdenas intentó solucionar un problema de inundación se ha convertido en una de las principales quejas, pues las piedras también cortan los pies de los pobladores locales, acostumbrados toda la vida a caminar descalzos sobre la arena suave. 

Complicado mantenimiento de vialidades

“Ya van dos veces que se me truena la llanta, ‘¿a mí eso quién me lo va a pagar?’, en vez de que ayuden nos friegan más”, dijo Cecilia, una taxista de la isla, con notable molestia

Para Mariela, una comerciante del centro, la medida tomada por la Dirección de Obras Públicas municipal afecta la imagen del destino y eso ha llevado a varios turistas a “decepcionarse” del lugar. 

“Le venden a la gente que va a venir a las calles de arena blanca, tersa, y lo que se encuentran es un montón de piedras picudas que con peligro hasta un pie se cortan, luego ya ni quieren regresar”, dice la locataria, quien llegó a Holbox hace cuatro años. Este 2020 ha sido particularmente complicado para el mantenimiento de las vialidades en Holbox. 

Desde las lluvias de abril y hasta noviembre la isla ha sufrido fuertes inundaciones. Durante los últimos tres meses las calles han permanecido bajo el agua. Con el paso frecuente de vehículos, los baches han alcanzado hasta 50 centímetros de profundidad, con diámetros de hasta 30 metros. Para los turistas y pobladores resulta prácticamente imposible caminar sin llenarse de lodo los pies, además de que el agua estancada representa un foco de infección para la población.

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