En los primeros ocho meses de este año, en Quintana Roo a nueve mujeres les arrebataron la vida solo por el hecho de ser mujeres. De acuerdo con las carpetas de investigación abiertas, más de la mitad de los casos ocurrió en el municipio de Benito Juárez.

La cifra es apenas una mínima parte de los asesinatos. En ese periodo 152 perdieron la vida.

La autoridad afirma que en 115 muertes, las personas responsables no querían quitarles la vida y por eso los hechos fueron catalogados como “culposos”, es decir, “no fueron intencionales”. Solo 28 se investigan como homicidio doloso, además de 9 como feminicidio.

Si bien Quintana Roo se encuentra entre las 15 entidades federativas con menos casos de feminicidio reportados al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el municipio de Benito Juárez sobresale a nivel nacional.

La demarcación, que alberga a uno de los destinos turísticos más importantes del mundo, está entre los 15 municipios con más casos en todo el país. De los 9 feminicidios reportados hasta agosto, seis ocurrieron en Cancún.

La lista del Secretariado Ejecutivo del SNSP coloca a Juárez, Chihuahua, como la zona de mayor peligro. De enero a agosto se abrieron 12 carpetas por feminicidio. Guadalupe y Juárez, ambos en Nuevo León, le siguen en orden con 11 y 10, respectivamente.

Aunque Benito Juárez, Quintana Roo, se coloca en el lugar 15, este municipio superó incluso a Tijuana, Baja California, que se quedó en el lugar 16.

La cifra oficial de septiembre y octubre no ha sido actualizada, pero la información policiaca indica que en los últimos 26 días, por lo menos otras siete mujeres fueron asesinadas en la zona norte. Cinco de los crímenes ocurrieron en Cancún.

El mes de octubre empezó su primer día con el reporte de una mujer asesinada en la región 221, sobre la avenida Chac Mool. El día 8, otra fue localizada en la colonia El Esfuerzo, en la región 243.

Esta semana, el 10, restos desmembrados se localizaron en la región 227 y el día 11 el reporte fue en la colonia El Trébol.

Los feminicidios son el desenlace de un largo historial de violencia

Los feminicidios no ocurren como acto fortuito. Se trata de hechos premeditados como desenlace de un largo historial de violencia que en muchas de las ocasiones son de conocimiento previo de la policía.

Así ha quedado demostrado en las versiones de testigos, incluyendo de niños, que han tenido que declarar ante un juez en contra del padre para relatar el calvario de la madre, para quienes una medida de protección no es suficiente para salvarles la vida.

Este es el caso de Alejandrina, brutalmente asesinada en 2017 por quien en ese momento era agente de la Policía Estatal Preventiva.

La sentencia de la Carpeta de Juicio 9/2018 hecha pública por el Poder Judicial de Quintana Roo muestra las declaraciones que confirman el historial de violencia física y amenazas de muerte recibidas.

También dan fe de que había medidas de protección dictadas a favor de la víctima, pero que no sirvió de nada, porque el 25 de marzo de 2017 murió de varios disparos frente a los ojos de su hijo.

“Su papá le dijo a su mamá que la iba a matar, regresaron al pasillo y el subió hacia la barda y de ahí, salto hacia el techo, su mamá no pudo subir, él escuchó, lo vio entrar al pasillo a su papá y gritó desesperadamente dos veces, diciéndole “papá, no”, y solo vio dos destellos y el sonido que solo producía al dispararle a quemarropa a su mamá” (sic), señala uno de los extractos de la sentencia.

Las autoridades determinaron que el crimen fue totalmente premeditado. Y es así, porque en aquellos días, el entonces policía estaba de vacaciones. Sin embargo, se presentó a la armería donde se le entregaron sus armas de cargo: una Glock nueve milímetros y una carabina marca Bushmaster. Armado y uniformado se dirigió al domicilio de la víctima donde decidió dejar huérfano a su propio hijo.