Boas y pitones invasores vulneran los ecosistemas de Cozumel
Biólogo asegura que estas especies introducidas en la isla representan un impacto negativo en materia ambiental.
Las especies introducidas como las boas y los pitones representan un impacto negativo para los ecosistemas de Cozumel, debido a la falta de vigilancia y, por otra parte, el desconocimiento de las personas que las introducen a la isla.
Ángel Rafael Chacón Díaz, director de la organización civil “Endémicos”, destacó que es necesario aplicar las regulaciones que existen en materia ambiental para evitar la llegada de especie como la Pitón Bola, que al ser liberadas en los hábitats de la ínsula se colocan en la cima de la cadena alimenticia y pueden terminar con especies locales completas.
Afirmó que los organismos silvestres invasores son una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en todo el mundo, ya que pueden superar barreras ambientales, adaptarse, reproducirse y establecer nuevas poblaciones como es el caso de la Boa constrictor Linnaeus, que llegó a la isla como parte de la producción de una película que se rodó en la década de los años setenta, que al finalizar fueron liberadas.
A la constrictor se le responsabiliza de la reducción en la población de especies como el ratón cosechero de Cozumel (Reithrodon tomys spectabilis), roedor endémico de Cozumel.
El biólogo explicó que estos reptiles tienen presencia en Cozumel principalmente porque han sido introducidos por el hombre de manera clandestina e ilegal, o bien mediante compras autorizadas en tiendas de mascotas.
En el segundo caso, opinó que esto contraviene las disposiciones ambientales que tiene Cozumel como Reserva de la Biosfera del Programa el Hombre y la Biosfera o en inglés conocido como Man and the Biosphere Programme (MaB-Unesco, United Nations Educational Scientific and Cultural Organization).
De acuerdo con esos lineamientos y los resultados de estudios que se han he cho en muchas partes del mundo sobre el deterioro que provoca en la fauna autóctona, en las islas es aún más dañina y por ello en Cozumel se debería vigilar y buscar planes de acción para minimizar ese impacto.
Al consultarlo sobre si existen estos planes de manejo para las especies exóticas como las boas y las pitones en Cozumel, respondió que no tiene cono cimiento de que esto exista.
Puso como ejemplo que hace unos años fue hallada una boa albina, misma que rescató y puso a disposición del Sistema de Unidad de Manejo Ambiental (SUMA) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Aunque aceptó que en la mancha urbana los aseguramientos de estas grandes serpientes no son muy comunes, su presencia en áreas habitadas es un indicativo que un gran número de ellas pudieran ser libera das en las zonas selváticas de manera irresponsable. Según estudios de la Grupo de Ecología y Conservación de Islas, A. C. (GECI), entre los efectos que las especies invasoras provocan en las ínsulas están la depredación, competencia por espacios y alimento, destrucción y fragmentación de hábitats, esto sin dejar de lado los daños físicos y químicos al suelo.
Otras afectaciones tienen que ver con el desequilibrio en las redes tróficas, las enfermedades, introducción de semillas, parásitos, sin contar con el riesgo, la salud y la economía de las comunidades locales.