Omar Capistrán/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- En cada incendio forestal, los brigadistas son quienes deben de soportar temperaturas por arriba de los 45 grados centígrados, caminar decenas de kilómetros con un peso de equipo de aproximadamente 35 kilos, todo ello con el propósito de extinguir las llamas y que el fuego afecte la menor superficie de selva posible.

Para sofocar el incendio de Bacalar, arriban aproximadamente a las seis de la mañana con 50 minutos, los brigadistas provenientes de Chetumal hacen su arribo, los esperan sus compañeros de Playa del Carmen, los de Felipe Carillo Puerto y por supuesto los voluntarios del ejido Chacchoben, son 77 en total.

Alejandro Luna, jefe a cargo del combate del incendio y responsable directo de toda la información que el avance de la deflagración genere a los medios informativos, comenta que cada brigadista puede llegar a cargar hasta 50 kilogramos.

A pesar de que los incendios forestales que se registran en los distintos puntos de la entidad suelen ser similares, las condiciones en las que laboran los brigadistas no son tan parejas en distintos aspectos, principalmente en el sueldo que perciben y en el equipamiento con el que trabajan algunos a lo largo de la jornada para apagar el fuego, que puede durar varios días.

"El hecho de laborar en zonas de difícil acceso, con el riesgo de sufrir alguna lesión que no pueda ser atendida rápidamente y la alta probabilidad de respirar aire extremadamente caliente que dañen de forma letal los pulmones, hacen que el trabajo de los brigadistas forestales sea considerado de gran peligro, por lo que las personas que realizan este trabajo tienen que ser capacitadas adecuadamente", aseguró Alejandro Luna.