Adrián Barreto/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- El programa de playa segura que echará a andar las autoridades locales y la intención de poner una barrera natural para la contención de las playas, podrían ser las primeras acciones encaminadas a enarbolar un proyecto mucho más ambicioso que se ha pensado, sin tener aún el proyecto, pero que tendría su mayor reto en la limpieza de las aguas: certificar 1.2 kilómetros de playas con la bandera azul que otorga la Fundación Europea de Educación Ambiental.

Eduardo Morentín Ocejo, director de Ordenamiento Ambiental y Urbano, dijo que de la pasada administración no heredo avances de lo que su antecesor, Alberto Farfán Bravo, había anunciado en torno a la certificación de 500 metros de playa a las cercanías del parque Fundadores y el muelle fiscal.

“De todas formas ya le estamos haciendo esfuerzo por el tema de certificación de playas. Es uno de los proyectos que nos gustaría impulsar, particularmente ese tramo que es de muelle a muelle y requerirá de la colaboración con Semarnat y otras instancias para poder lograrlo”, anunció.

Pero Playa del Carmen no buscaría una certificación ante la Semarnat que tiene la playa Aventuras DIF en Akumal, Delfines o Las Perlas, en este estado. La intención es la bandera europea.

Sin embargo, la inversión que se requeriría para ello es costosa. No sólo por la infraestructura de servicios que debería instalarse en el la playa para garantizar la seguridad y la calidad servicios, sino por los programas de mantenimiento del medio ambiente y la calidad del agua que exige la Fundación Europea.

Por mencionar algo, las descargas de aguas residuales al manto freático deberían ser más controladas, especialmente en su tratamiento, y en Playa del Carmen ya se ha visto que la infraestructura de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) ha sido rebasada al grado de tener saturación de las redes de drenaje ante la más mínima provocación pluvial.

La excelente calidad de las aguas costeras es otro de los elementos, y Morentín Ocejo sabe el tamaño de cumplir con ese reto: “requiere de muchos esfuerzos, requiere de inversiones por el tema de mantener limpia la playa, el tema de la caída del agua pluvial que se va a la zona costera y se requiere infraestructura para ello”.

A ello se le sumaría la contención de la playa justo en esa zona, entre los dos mulles, que ha sido la de mayor impacto por el oleaje y restando su tamaño.

Sobre qué tan realizable es la certificación, el funcionario comentó que “es algo sumamente necesario. Requiere de muchos esfuerzos de inversión pero podría ser un proyecto que podemos realizar en el mediano plazo”.