Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR,Q. Roo.- Estudios realizados por el Colegio de la Frontera Sur, determinaron la poca rentabilidad que representa el cultivo del caracol “chivita” en granjas acuícolas en las comunidades rurales de Bacalar, como pretenden hacerlo autoridades municipales con la Fundación Produce, como una alternativa más de producción regional.

El investigador titular del Departamento de Ecología y Sistemática Acuática del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Alberto de Jesús Navarrete, dio a conocer que el estudio realizado por primera vez en la Laguna de los Siete Colores, revela la baja densidad de la población del caracol “chivita” que aunado al crecimiento lento del mismo, hace necesario adoptar medidas de protección de dicha especie por parte de las tres instancias de gobierno.

Indicó que la baja densidad de la población del molusco, es a razón de .6 a .8 y hasta de 1.2 en algunos sitios, como en la costa oeste donde abunda más que en la costa este de la Laguna bacalarense.

Explicó que hay mayor población de caracoles del balneario ejidal hacia el norte, donde se pueden encontrar caracolitos de 4 a 55 milímetros de longitud de concha, cuando antes, según pobladores, se podían encontrar de 70 milímetros, o sea, siete centímetros.

Agregó que se requiere un estricto cuidado en la salinidad del agua, ya que limita el crecimiento de los caracoles, por lo que tiene que ser agua dulce o de pozo, además de buscar calidad en el PH (medida de acidez) del elemento, debido a que el contenido de bicarbonato influye para la formación de la concha.

Indicó que se han realizado las pruebas con caracoles en cautivero y encontraron que se pueden reproducir satisfactoriamente; no obstante, a diferencia de la aguna, su crecimiento es más lento.