Personas creyentes y no creyentes de Cancún buscaron este Miércoles de Ceniza sanación en las iglesias de la ciudad, debido a los cambios negativos en su vida que han desarrollado por dolores personales o malas experiencias.

En iglesias como la de Virgen de San Juan, el Santuario de María Desatadora de Nudos, la Catedral o la iglesia de Cristo Rey, tuvieron aforo total o mayoritario de personas de todas las edades.

Luis Pablo Garza Aguilar, fundador del Santuario María Desatadora de Nudos, señaló que este miércoles de ceniza es el día del año en qué las iglesias tienen mayor aforo, ya que quienes son católicos, los que profesan otra doctrina religiosa, e incluso quienes no lo hacen, buscan sanar personalmente.

Esto debido a que las vivencias de la vida cotidiana como el trabajo, las redes sociales, las pérdidas, las malas experiencias, distracciones, el centrarse de más en uno mismo, entre otros factores, causan en la gente pueda perder de vista sus principios morales, alejarse de su religión, y adoptar hábitos dañinos.

“En el santuario esperamos un aforo de entre cinco mil y 10 mil personas en todo el día”, resaltó.

Las misas empezaron desde las ocho de la mañana. En el caso de Desatadora de Nudos hubo cinco misas, y al menos tres misas en otras iglesias alrededor de Cancún.

¿Qué representa la ceniza en la frente?

Buscaron creyentes y no creyentes sanación de dolores personales en Cancún / (Foto: José Aldair)

La colocación de la ceniza en la frente representa el inicio del camino propio rumbo a encontrarse con Dios, para ser o volver a ser más generoso, a ayudar a las personas o más se cuida a uno mismo.

“La iglesia siempre nos invita a tres ejercicios Cuaresmales. El ejercicio de la oración, dedicarle nuevamente el tiempo a Dios. En segundo lugar, el ejercicio de la limosna (…) quiere decir compadecerse de la situación del otro. Y ayuno, que quiere decir privarme de algo”, explicó.

Esto último con el fin de que uno fortalezca su fuerza de voluntad, pueda privarse de cosas que hagan daño como el dulce, la carne, la mala actitud, el vicio a los aparatos electrónicos, y más, y se soporten los retos de la vida diaria.

El objetivo de la Cuaresma es preparar a la gente para la Semana Santa, “y es un tiempo que la iglesia llama de conversión (…) y de volver al amor a Dios, y al amor a la familia, y el amor a veces inclusive a uno mismo”.