Javier Ortíz/ SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Romualdo Sánchez Cruz, connacional proveniente de Tabasco, tuvo que suspender sus vacaciones en Bacalar, y viajar a Chetumal, para poder retirar dinero de un cajero automático, que desde el pasado fin de semana están sin efectivo.

El turista, quien llegó de visita al sur del estado con la ilusión de conocer y disfrutar de la Laguna de Siete Colores, hizo su primer arribo a la ciudad capital, pero no dispuso de efectivo, confiando que en el Pueblo Mágico podría hacerlo, sin embargo, se vio en la necesidad de regresar a Chetumal para poder retirar efectivo.

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Con dinero en mano, Sánchez Cruz, no quiso regresar a Bacalar y prefirió conocer los micro-destinos, de aventura y ecoturismo que tienen la ribera del Río Hondo, como Palmar y Álvaro Obregón, por donde fluyen aguas cristalinas de riachuelos.

Historias como la de este joven, se han repetido una y otra vez, desde que el sábado los cajeros de Bacalar se quedaron sin dinero.

Nicanor Piña Ugalde, presidente del comité Bacalar Pueblo Mágico, mencionó que hasta los propios empresarios han tenido que hacer viajes constantes a Chetumal para poder disponer de efectivo y realizar pagos y trámites.

“El pequeño módulo de Banamex brinda un servicio limitado, sólo para disponer de efectivo y algunos pagos”, señaló

Este es un problema con el que no terminan de lidiar los prestadores de servicios turísticos de la cabecera municipal, pues a pesar de la creciente demanda del servicio, los cajeros automáticos siguen siendo los mismos desde hace varios años.

La nómina del gobierno municipal compuesto por 400 empleados es a través de tarjetas de débito.

Gran cantidad de turistas 

Adicionalmente, Bacalar es una ciudad simiente de maestros que cobran de la misma manera a lo cual habría que añadirle la gran cantidad de turistas que acostumbra viajar con poco efectivo, los beneficiarios de programas sociales y demás profesionistas que se ven en la necesidad de utilizar tarjetas plásticas.

En el Pueblo Mágico sólo existen tres cajeros automáticos en el parque central que comúnmente sufren desperfecto o se quedan sin dinero efectivo, como sucedió desde el pasado fin de semana y que en ocasiones tardan varios días en proveer de billetes.