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Las noticias que triunfan en internet son la verdad llana y absoluta. La verdad que la gente cree, y a veces, también la mentira contra la que tenemos que luchar quienes nos encontramos los medios digitales. 

Todos en algún momento hemos creído en ese dato curioso que encontramos en internet, el detalle que parece demasiado cierto como para no compartirlo, como para no subirse al tren del... bueno, a ese tren. ¿Por qué lo hacemos? Porque no estamos acostumbrados a ser críticos con la información que procesamos, sí, somos buenos para tachar y ridiculizar, pero no para criticar con razones y encontrar el hilo negro cuando algo nos agrada o parece acoplarse muy bien a nuestras ideas. 

En los últimos días se lanzó en internet #Verificado2018, una alianza de medios y activistas digitales que tienen como objetivo desenmascarar los bulos, las noticias falsas que circulan con mucha facilidad en estos tiempos electorales. La iniciativa rápidamente logró el éxito, pero también muchos cuestionamientos sobre el por qué necesitamos que alguien nos diga qué es falso, y en especial, sobre la legitimidad para hacerlo. 

Los ciudadanos digitales somos, a fin de cuentas, el último filtro de nuestras conciencias. Con o sin la iniciativa mencionada, es un hecho que debemos ser capaces de reconocer cuando nos quieren tomar el pelo en la web, tanto por nuestra seguridad física, como intelectual, pues pocas cosas son tan vergonzosas como saberse víctima de una #fakenews, y tener que reconocerlo. 

Para evitarlo, los consejos sobran, pero podemos reducirlos a tres:

Si es demasiado bueno, podría no ser cierto. En otras palabras, si algo es “demasiado bueno para ser cierto”, es muy posible que seamos víctimas de una noticia falsa, pues recordemos que nuestro timeline en redes sociales se alimenta de nuestros gustos y aficiones: nos presente mayormente las noticias con las que más afinidad sentimos, por ende, es poco probable que nos topemos con algo discordante a nuestras filiaciones políticas. 

Cuidado con las frases gancho. Aunque Facebook ha tratado de combatir publicaciones trampa, es un hecho que la gente da clic en las noticias con frases que invitan a jugar o generar dudas y curiosidad. Si bien es cierto que no todas éstas son bulos, sí debemos ser escépticos al seguir los links tipo “y mira lo que pasó después”. 

Cuando nuestras ideas concuerden con la mayoría, hay que detenerse y pensar. En estos tiempos tan virales, es fácil que una noticia nos haga cambiar de opinión o por lo menos, dudar de lo que minutos antes dábamos por cierto. Buena parte de las #fakenews tienen este objetivo.  

Las noticias falsas en tiempos electorales pueden combatirse, siempre y cuando seamos conscientes de que existen y que su objetivo es muy simple: influenciarnos lo suficiente para restarnos la capacidad de decidir por nosotros mismos.

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